El entorno de Aurélien Tchouameni ha dejado claro que el futuro del centrocampista en el Real Madrid está en riesgo, y todo está relacionado con la posición en la que juega y por su rendimiento en el centro del campo.
Tchouameni se siente frustrado con la posibilidad de ser utilizado como defensa central, una posición que no le motiva y en la que no se considera capaz de mostrar su mejor versión.
El internacional francés llegó al Real Madrid con expectativas de consolidarse como una pieza clave en el mediocampo, una función donde se ha destacado por su capacidad para robar balones, su potencia física y su visión en la distribución de juego.
Diferentes perspectivas
El problema surge ante la intención del club de reinventar su rol en el equipo. La dirección técnica, en especial Carlo Ancelotti, ve en Tchouameni una alternativa para reforzar la línea defensiva, debido a su versatilidad y su imponente físico, lo que le convierte en un candidato ideal para ocupar la posición de central.
Esta idea ha cobrado más fuerza en los últimos tiempos, especialmente tras la lesión de Alaba y la necesidad urgente de contar con opciones confiables en defensa. De hecho, el entrenador italiano solo cuenta con Rüdiger y Militao, puesto que Alaba lleva un año de baja y Vallejo no entra en sus planes.
Sin embargo, esta propuesta no ha sido bien recibida por el entorno de Tchouameni, que ha expresado su descontento con la situación y ha criticado al club por intentar forzarlo a cambiar de posición. En palabras de uno de sus representantes, “Aurélien no vino al Real Madrid para jugar como central. Quiere mostrar su potencial donde se siente cómodo, y eso es en el centro del campo”. Este conflicto ha encendido las alarmas en la entidad madridista, que ya ha comenzado a evaluar posibles soluciones.
El club ha sido contundente: si Tchouameni no acepta el cambio de rol, su continuidad en el Real Madrid podría estar en peligro. Este desacuerdo podría abrir la puerta a una salida del francés en el próximo mercado de verano. Así, la situación se torna delicada para ambas partes, y el futuro del mediocampista, hasta hace poco una promesa de estabilidad, ahora parece estar en el aire.