"Lo vi como comandante del ejército desarmado de Cataluña", con esas palabras empezaba Jorge Valdano un discurso que parafraseaba a un gran hincha del Barcelona, el que fuera periodista y escritor Manuel Vázquez Montalbán.
De quien habla Valdano es de Joan Laporta y de su discurso del lunes en defensa de la inocencia del Barcelona en el Caso Negreira, algo que tendrá que demostrar en los tribunales. También dijo Valdano que "dos meses para hacer una comparecencia de este tipo... El resultado fue de parvulario", comentaba.
Todo esto en un arranque de semana que ha abierto viejas heridas y que el Madrid no dudó en responder de una forma contundente, primero publicando un vídeo que contradice a Laporta y aquello de que el Madrid fue el equipo del régimen. Después de eso demostró en el campo que el régimen en Europa continúa.
Y es que todo el mundo puede tener una valoración de todo este asunto, pero en Barcelona tendrían que hacer examen y escuchar de nuevo a Laporta que intentó describir los hechos tal y como él los cree y no como son, no hizo defensa desde la razón, sino desde la bufanda.
Abrazar las palabras de Laporta y culpar al Madrid por un vídeo que no es una noticia falsa, como han intentado, es una contradicción. Quien se acerque hoy a aquellos diarios partidarios del barcelonismo podrán leer que el Madrid comete un error de bulto con este vídeo, pero omiten a Laporta y sus palabras que provocaron esta reacción.
Incapaces de defenderse sin atacar al Real Madrid, el Barça ha jugado a la vieja estrategia de tirar la piedra y esconder la mano. La humillación mundial a la que Laporta ha llevado a su club con un ataque desmedido al Madrid aún trae cola y ha provocado que hasta instituciones políticas catalanas entren al trapo.