El derbi andaluz de anoche estuvo protagonizado por la polémica. Un empate final en el marcador no diluyó las decisiones arbitrales. Tres expulsiones, en un partido que pudo acabar con más castigados de ser más riguroso con el criterio sobre faltas y tarjetas.
Cada fin de semana ocurre una situación pareja que solo hace que alimentar conspiraciones sobre las decisiones que se toman. Si el VAR fue una demostración para pretender ayudar al fútbol, a día de hoy se ha convertido en un oponente más para los equipos.
La polémica estaba servida
La expulsión de Borja Iglesias sin ánimo de jugar el balón, en una acción dónde no se apreciaba mucho peligro, el delantero pegó con excesiva dureza a un Joan Jordán que estuvo expuesto a una grave lesión. Patadón fuerte abajo al tobillo. Una imagen injustificable. Bravo por los colegiados que había en el VAR, mal por sus compañeros de campo. Aunque esta tan solo es una muestra más de lo arbitrario, y nunca mejor dicho de lo que es esto. Se toman el criterio y reglamento por su mano.
El madridismo no podía estar más de acuerdo anoche con toda la polémica que se vivió. Bien por Roncero y José Luis Sánchez que decidieron dar el alto a este tipo de comportamientos sobre el verde y que un compañero suyo como Juanfe quiso blanquear. Los dos primeros alzaron la voz de forma evidente y es que no era para menos. La persecución anómala que vive el Real Madrid con el arbitraje levanta ampollas a cada jornada que pasa.
El criterio arbitral bajo sospecha en España
No hace falta viajar mucho en el tiempo para darnos cuenta de lo que está dejando pasar por alto. Aunque no se debería dejar ni una más. Los dos periodistas que participan en “El Chiringuito” acusaron la misma jornada de hace tan solo una semana. Una acción de Marcos Alonso en el encuentro ante el Valencia, debió dejar al FC.Barcelona con diez. Aquel encuentro se acabaron llevando, pero ¿Qué hubiera pasado si hubieran continuado con uno menos?
Un error escandaloso, ya que si se pitó anoche la expulsión del delantero bético, el mismo criterio se debio seguir entonces con el barcelonista. El fútbol parece tener doble rasero. No hay quién entienda esta disciplina con las faltas o las manos y el Real Madrid ya no sabe a qué acogerse.
Porque sin ir más lejos, los blancos han sufrido y de lo lindo con los arbitrajes. Si nos remontamos al partido que midió precisamente con el Sevilla, los merengues recordarán la fea patada del Papu Gómez a Fede Valverde a quién dejó KO y con riesgo de sufrir una lesión. De hecho, el futbolista se fue renqueante de aquel partido. Aquella acción tan solo fue castigada con una amarilla y nada más. Pero no solo aquello.
El madridismo siempre acaba pringando
La semana pasada ante el Girona, más de lo mismo. Entonces aquello fueron unas manos que no existieron sobre Marco Asensio. Al balear le pitaron un penalti en su contra, por interpretar el árbitro que interfirió en la jugada. Sin duda esas dos acciones resultaron ser más que polémicas y nadie fue castigado cómo se merecía.
Parece que el colectivo arbitral es una broma que nadie logra entender. Una auténtica pesadilla para los blancos que parecen ser los únicos que pringan en todo esto. La violencia o dureza debe ser medida por igual y no por el color de la camiseta que uno lleva puesta. Bien por Roncero y José Luis Sánchez. Mal por Juanfe que queda retratado.