El partido de Champions del Barça dio para mucho. El resultado fue bastante ajustado, tan solo un gol subió al marcador, pero el resultado reflejaba lo que habían sido los noventa minutos sobre el verde. Un partido clásico de Champions, con respeto por el rival y la intención de cometer pocos fallos más que priorizar el espectáculo. Jota Jordi pasó del éxtasis a la decepción en cuestión de segundos.
Los culés tenían muchas expectativas puestas en este encuentro. Aunque se demostró que el liderato en liga, tan solo es un espejismo de lo que son en Europa. Un equipo todavía débil y con el que se le puede meter mano todavía.
Jota Jordi se ilusionaba entonces con alguna mera esperanza. El gol anulado de Pedri fue un claro síntoma de desesperación. Habría significado el empate en el marcador y quién sabe si se hubieran zarandeado algo más. Pero ese gol fue correctamente bien anulado por el VAR.
El barcelonismo se esconde ante el ridículo de su equipo
Algo que puso de los nervios al barcelonista. No sabía dónde esconderse después de quedar retratado en una de las jugadas del partido. Su celebración por todo lo alto, se esfumó a toda velocidad tras el veredicto del colegiado. Las reglas están para cumplirlas y no hay otra condición más allá que esa.
Son cosas del fútbol moderno. Una vez te levantas, celebras el gol, pero sabes que te lo pueden volver a quitar. La tecnología todavía no va tan rápida como uno desearía y de ahí que la alegría deba ser algo más contenida.
La cara del tertuliano de “El Chiringuito” es un auténtico poema. Se esconde y trata de verbalizar una queja que no parece convencer a nadie. El colaborador no entiende como ese gol no haya subido al marcador. Por su cabeza debieron pasar muchas cosas: los fantasmas de la Europa League entre ellos. ¿Qué ocurrirá con este Barça?
El planteamiento de ayer es el de un equipo mediocre que no las tiene todas consigo. Pero es lo que pasa, cuando llevas un año sin clasificarte para la fase final. Miedo, sudores fríos y escarnio público. El FC. Barcelona necesita puntuar si quiere seguir con el sueño de clasificarse. Posiblemente lo hagan ya como segundos, pero para eso solo dependen de sí mismos.
Las cuentas que le quedan al FC. Barcelona
Primero deben ganar al Inter de nuevo en el Camp Nou y después tratar de puntuar y arañar algo ante el Bayern, para que todo sea posible. Un reto complicado, desde la asignación del grupo en el torneo, se olían aires de pavor. Una sensación que han acabado sufriendo cada vez que suena ese himno tan característico.
Parece que la falta de experiencia del equipo de Xavi, está agonizando las esperanzas de volver a ser un club histórico. Todavía quedan otros tres encuentros de la máxima competición, pero están obligados a ganar algo. Dependen de sí mismos para hacerlo posible.
La temporada se puede poner muy interesante antes de tiempo. Ya lo decía Carvajal el otro día en rueda de prensa. No se le puede quitar mérito a nada. El blanqueamiento debería ser un auténtico delito sin miramientos.