La diferencia entre FC.Barcelona y Real Madrid es abismal. Se ve en el terreno de juego, en la táctica de los entrenadores y su experiencia, además de todos los factores claves. Todo es tan exagerado que hasta se habla en las tertulias deportivas.
Tomás Roncero era incapaz de demostrar un ápice de alegría ya que el hábito costumbrista de victorias blancas es increíble. El conjunto de Ancelotti no deja de ganar partido a partido y convecer a todos sus rivales que al mejor equipo de Europa y del mundo no le gana nadie.
Roncero le da una lección al barcelonismo
La principal diferencia que ve el periodista deportivo entre los de Chamartín y los culés es que entre ellos, hay un que juega la Champions y otro la Europa League. Con lo que Roncero ve una diferencia abismal.
Así las cosas, es una de las principales razones por las que ni hacía falta alegrarse por lo sucedido. Porque este equipo está abonado a la victoria, a los títulos y triunfos en todas sus competiciones. Pero con el equipo que había delante lo único que se podía conseguir era ridiculizarles todavía más. Pero para el redactor jefe del Diario AS, el club merengue es un señor en la victoria y en la derrota y no hace falta presumir de su grandeza con un equipo que atraviesa su mediocridad más extraña.
Tanto técnica, anímica, escénica como futbolísticamente, el repaso que le dio el madridismo a los azulgranas fue bestial. Según el tertuliano de “El Chirimguito”, Carlo Ancelotti hizo lo que él quiso con el FC.Barcelona. No había ni trampa ni cartón. Para el comunicador este club le ha bastado con una suficiencia escandalosa. Ni esfuerzo tuvo que hacer el equipo para llegar a la otra portería. El Real Madrid está preparado para cualquier reto gigantesco.
El Real Madrid es un equipo muy superior en todo lo que hace
Si analizamos línea por línea las filas de los respectivos equipos, nos daremos cuenta del agravante estado de forma que atraviesan los catalanes. Xavi pecó de inocente. Sentó a Gavi y Ansu Fati, posiblemente dos de sus mejores hombres y con los que el Barça trató de rengancharse al partido. Pero no hubo forma alguna de meterles mano.
Hasta tiraron más veces ellos a puerta (5) que los madridistas (4). Aunque el resultado es sonrojante: Tres goles en cuatro tiros, por un solo gol en cinco veces que tiraron entre los tres palos. Algo asombroso. Veremos cómo se dará el partido de la segunda vuelta y si es Xavi el mismo que se sienta en el banquillo. De ahí a que el griterío del Bernabéu tuviera cánticos hacia él. La lección de madridismo se la entregó todo el estadio en esa perfecta comunión entre afición y jugadores. Pudo haber sido más, pero el transatlántico blanco es todo un caballero en las buenas y en las malas.