El empate de ayer del FC.Barcelona supo a derrota. El resultado, agónico hasta el final, no dio tregua a un equipo que navega a la deriva y suerte la que tuvo de aparecer en dos ocasiones Robert Lewandowski. De no ser por el polaco el resultado pudo acabar mucho peor.
Aunque a criterio arbitral, hasta se mantuvo demasiado benévolo. Según Rafa Guerrero, excolegiado profesional y ahora tertuliano de “El Chiringuito”, acusaba la falta de rotundidad en algunas acciones. La acción de la que habla Rafa, es una patada de Dembelé a un jugador del Inter.
Uno de los mejores jugadores anoche, el responsable de abrir la lata, también sacó su lado más guerrillero y pegó como el que más. Feos gestos que ensucian su actuación. El colegiado del encuentro sacó hasta cinco cartulinas amarillas y como siempre el peor parado es el rival de los culés. En este caso, fueron 3 para los italianos y dos para los azulgranas. Las faltas pitadas estuvieron bastante parejas, aunque al conjunto nerazzurro le pitaron tres más: quince contra doce.
La jugada de la polémica
La jugada que protesta Guerrero, es una acción de la segunda mitad que involucra al delantero barcelonista sobre Darmián, jugador entrenado por Inzaghi. El galo le pegó tal patada, que todavía no se explica como el castigo no fue mayor. Con su bota izquierda y los tacos por delante, pegó en la tibia un buen zarpazo al jugador rival que le dejó dolorido en el suelo. Era en el minuto 78’ y los culés todavía iban por debajo en el marcador. Necesitaban la urgencia de un gol y parecía que no llegara.
De haber sido expulsado el jugador azulgrana, el conjunto catalán podría haber acusado mucho más el resultado. Un partido que tuvo de todo. La arbitrariedad de algunas acciones merecen ser mejoradas. No se puede permitir que haya acciones que no sean rotundamente castigadas de esa forma. El arbitraje en Europa no puede ser tan tolerante. Si la patada llega a ser más arriba, el jugador podría verse lastimado con alguna lesión algo más grave. Inconcebible que sigan pasan estas cosas.