Si hay alguien que parece que no le llueven en exceso los elogios es a Leo Messi. Al argentino parece que ya se la ha pasado el arroz y no está capacitado para bailarle a nadie.
Este ha dejado de ilusionar y solo arrastra su sombra por los diferentes estadios a los que va. Vive francamente empujado por sus éxitos pasados, sin ningún tipo de miramiento. Se ha convertido en un “olvidado” del fútbol y poco puede hacer a estas alturas.
Paco García Caridad, hombre de fútbol, ya se lo olía y nada más terminar el encuentro de octavos, expresó su sentir respecto al astro argentino. Sencillo y directo, sin mucha dilación lo resumió todo en menos de 140 caracteres.
Las críticas le llueven a Leo Messi
Así se leía su mensaje: “Messi. Extraordinario partido. En el 1.000 con Argentina se pareció al de hace años. No es el mejor de la historia. Maradona fue más y mejor.”
No se equivocaba el tertuliano. No le faltó ni una sola palabra. Ni Messi le hizo cambiar de opinión de lo que ya sabíamos todos. Un partido llano, mediocre, de un jugador planero que se dedica a pasearse por el piso verde de los estadios.
El partido de anoche, cuándo se supone que el auténtico fútbol debe empezar a despuntar, fue una de aquellas veces horrendas para el espectador. Partido simplón sin nada que objetar. Resultado corto y ajustado casi sin méritos.
Tan solo un golpe a portería en toda la primera mitad, un regalo del portero y una diana en propia meta. Así se podría resumir también el encuentro que se dio anoche.
El acierto de García Caridad
García Caridad tenía razón. Vimos al Messi que todos conocemos: aquem tipo cabizbajo, introvertido, sin apenas una reacción con algo de sangre. Lo tiene difícil para ganar el Mundial si es lo que quiere.
Ahora deberá esperar al siguiente escollo, Países Bajos. Estos no serán como los australianos. El nivel empieza a subir y el argentino no parece que vaya a cambiar el guion.
Como ya le advirtió el periodista, ni de lejos es el mejor de la historia. Para Paco, en la historia del país sudamericano, Maradona, está por delante en todo. La mediocridad se está comiendo al jugador del PSG. Ni un ápice de extraordinario en el que podría ser su último Mundial.