Pasaban pocos minutos después de la eliminación de España en los penaltis, y la lluvia de reacciones era constante. Chaparrón para los protagonistas con la cabeza de turco de Luis Enrique, el que para muchos es el principal y único responsable.
Motivos tenían para criticar su trabajo, tras ver que en los cuatro partidos disputados, se equivocó en la mayoría de alineaciones. Otro agravante también fue en el momento en el que el seleccionador coloca a un pivote de central o solo cuenta con un nueve en su plantilla.
Situaciones que jamás acabaremos de entender, pero eran las armas del entrenador que debía demostrar su valía. En este caso fue nula, y ahí se reflejó en los resultados.
El bochorno de esta selección
De dicha lista de 26 es la que muchos se acordaban ayer ante la eliminación en los penaltis. El rival no era como para llegar a esa situación, pero se acabó jugando a lo que ellos quisieron y no a lo que España impuso.
Se trataron de realizar los cambios, acostumbrados a ver alguno siempre en el descanso, ayer se pasó de frenada y los acabó acusando demasiado tarde y pocos revulsivos le funcionaron.
Una crítica que iba muy ligada al mensaje de Paco García Caridad, entre muchos otros que hubo: los olvidados. El periodista se acordaba entonces de los que se habían quedado fuera, que siempre duele pensar en ello.
La lección de García Caridad a Luis Enrique
Este empezó a cantar todos los agraviados sin tapujos. Así decía su tweet: “Nos acordamos de Sergio Ramos, Canales, Mikel Merino, Alex Moreno, Borja Iglesias, Yago Aspas...Adiós Luis Enrique!”
Seguramente, podrían haber entrado muchos más, pero no le faltaba razón al tertuliano de “El Chiringuito”. ¿Para qué le sirvieron aquellos 26, si no han llegado a debutar todos? En todas las líneas había dudas.
El banquillo no tenía demasiado fondo de armario y por tanto, la revolución no era excesiva. Muchos perfiles similares: El asturiano se había llevado hasta 6 extremos, de los cuales no habían jugado todos.
Además de cuatro defensas, para acabar contando con un pivote en su lugar cuando el que ejercía en aquella posición, tampoco aguantaba más allá de 60 minutos al estar prácticamente fundido por su edad.
García Caridad dio en el clavo de la polémica
Puede que sea un tanto partidista el mensaje de García Caridad, ya que apela al: “que hubiera hecho este en mi lugar...” solo eran hipótesis, pero tampoco tan descabelladas como aportar algo diferente.
Perfiles como el de otro delantero centro, jugadores creativos que rendían en sus equipos y así no polarizar a la selección de clubes homogéneos. Luis Enrique, tan arisco como siempre, no quiso atender a razones y tiró de cabezonería para zafarse de todas las críticas, pero su plan hizo aguas partido a partido.
Cuánta razón tenía García Caridad entonces, y todos los que le advirtieron, que no eran pocos.