Si bien el Real Madrid es un club que pertenece a sus socios, el Barcelona ha condenado esta pertenencia entregando el club a los socios capitalista que Joan Laporta ha condenado a buscar debido a su política de fichajes durante este verano. Lo decía José María Minguella en una entrevista realizada en el diario deportivo Marca. El famoso agente de futbolistas lamenta esta política llevada por el club que lo condenará en unos meses a realizar esta práctica.
Cada vez son más clubes tanto en España como en el resto de Europa que tienden a entregar el poder de los socios, de los aficionados de toda la vida, para rentabilizar sus inversiones. Es el caso del Barça, Minguella apunta: "Se han vendido activos que pueden hipotecar al club en los próximos años y pueden provocar una situación insostenible para el próximo presidente", y continúa, "el Barça puede estar abocado en unos años a tener un modelo como el Bayern de Munich y dejar de ser de sus socios".
Una situación que como se ha visto en algunos equipos ingleses puede condenar a un club. Caso famoso es por ejemplo el del Manchester United, que fue comprado por capital americano y casi deja al club en bancarrota. Y es que este tipo de socios lo único que buscan es rentabilidad, cuando esta termina suelen dejar a los clubes de lado para buscar nuevas inversiones.
Esto es lo que lamenta Minguella, pues la postura tomada por Joan Laporta durante este verano va por esos cauces. "La venta de derechos televisivos, el Espai Barça y la reforma del estadio supone una inversión que no se puede devolver en un club de fútbol, la solución en una empresa sería la ampliación de capital, pero como en el Barça no hay socios capitalistas una solución sería que entrase un socio capitalista con parte del dinero. Esto me sabría muy mal".
Y es que si el ADN Barça tiene que ver mucho con sus aficionados, esto dejaría de ser así al cien por cien. Esto puede provocar situaciones como el cambio del nombre del estadio, ciertas inclusiones publicitarias y participar en actos y eventos que en muchas ocasiones no serán del agrado de la plantilla. Así como las decisiones o la explicación de las mismas ya tendrán un papel no justificable ante los socios de a pié.
El capital ocupará toda explicación y justificación y la respuesta a esto será que la situación económica les obliga a tomar ciertas decisiones. Todo para devolver al Barça a lo más alto en el plano deportivo. Pero volver a ser grande puede tener consecuencias adversas, si bien en el momento aporta liquidez y eso es lo que da opciones a comprar jugadores, en unos años de no rentabilizar estas incorporaciones, los sucesores de Laporta tendrán muchos más problemas que los que ha tenido él desde que cogió las riendas del club catalán el verano pasado.