Lobo Carrasco es todo un soñador y quiere que esta temporada finalice con su equipo levantando la Orejona, el título más importante a nivel de clubes del mundo. No contento con ello, Carrasco quiere levantar la Copa de Europa frente al Real Madrid, el vigente campeón y el rey no hereditario del viejo continente. Los puñales blancos que el Real Madrid clavó en la temporada pasada en el corazón de los culés han dolido mucho.
Ayer en El Chiringuito Carrasco tuvo la oportunidad de expresar sus sueños más deseados, una final de la Copa de Europa frente al Fútbol Club Barcelona que haga cambiar el curso de la historia. Aunque la historia va más allá de una final, de ahí que Pedrerol le dijera que lo mejor es ser prudente. El Barcelona en la temporada pasada fue incapaz de pasar la fase de grupos, un descalabro que marcó el resto de la temporada.
Sin embargo el culé está pensando en la final con lo que ello conlleva. Hay muchas expectativas puestas en la plantilla dirigida por Xavi Hernández, un equipo hecho a su medida, aunque el traje hay que ponérselo y aprender a bailar con él en todas las salas de baile de la Champions League. Parece que el Barça, sus aficionados y tertulianos tienen de todo menos prudencia, algo que fue la clave para que los merengues levantaran la Copa de Europa en Paris.
Nunca, durante el curso pasado, hubo opiniones tan desmedidas en favor del Real Madrid, esto es, nadie en el plató de El Chiringuito dijo que el Real Madrid tenía la mejor plantilla de Europa ni tampoco que fuera el rival a batir. Pero en Can Barça este año hay un discurso atrevido y con visos de fatalidad que pueden empujar al equipo y a su afición a la quiebra deportiva y a la que es aún peor a la quiebra de las ilusiones.
Y es que según el dictado que marca Carrasco, ganar una Copa de Europa parece que arreglaría todos los males que han caído sobre el club catalán en los últimos tiempos. Aunque la activación de las palancas no caducan con una victoria en Estambul al Real Madrid allá por el último tramo de la primavera. Hay que ser riguroso, pero en lo estricto se pierde la audiencia al igual que se pierde el barcelonismo con ensoñaciones dalinianas.
Lo único que el tiempo ha convertido en veraz es la ilusión de ver a una plantilla renovada aunque el resultado de la misma dependerá del rendimiento que saque Xavi Hernández a sus futbolistas. Lobo mientras tanto continuará regalando sueños a la audiencia de El Chiringuito como si fuera Willy Wonka en Charlie y la fábrica de chocolate. Pero el guión de la película de la Liga de Campeones hay que empezar a entenderlo cuando termina. El resto son palomitas.