Con la temporada en marcha, todo hace presagiar la buenaventura del Real Madrid allí por dónde pasa. El club que acumula un pleno de seis puntos posibles, recibe esta noche al Espanyol en la tercera jornada liguera.
Por ahora la igualdad con el eterno rival es lo que prima, pero en el momento menos pensado, el tiburón blanco volverá a aparecer y morderá más fuerte que nunca. Su condición de ser uno de los mejores equipos del mundo, le avalan para seguir aventurándose en esta travesía de éxitos.
Juanma Rodríguez y su papel en "El Chiringuito"
Si hay alguien que conoce a ese tiburón es el barcelonismo y la bancada culé del programa de Josep Pedrerol, “El Chiringuito”. Hace unas cuántas temporadas, cuando el conjunto merengue empezó a ganar de forma holgada y los azulgranas estaban sometidos en una crisis institucional y deportiva, el madridismo se lo pasaba mejor que nunca. Uno de los que más se divertía era Juanma Rodríguez.
El periodista, habitual en estas tertulias nocturnas, es un especialista en desestabilizar las ilusiones del rival. Lo hace, además, de la forma más ingeniosa posible. Juanma promueve la sátira en su mayor extensión.
Siempre tratando de chinchar al prójimo con “scages” o grandes shows televisivos que atrapan al espectador de la mejor forma. Lo suele hacer con una sutileza abrumadora. Siempre en la fila línea de la polémica.
El tiburón blanco al acecho
En esta ocasión, rescatamos una de esas grandes noches. Una velada de tiburones blancos y muchos pañales. La mofa se la dirigía al FC.Barcelona, y la capacidad de generar miedo y terror que provoca el Real Madrid. Estos huelen la sangre, no le temen al miedo y van a la guerra enseñando los mejores colmillos.
Dispuestos a superar cualquier batalla, el tiburón, es un símil que utiliza el tertuliano para referirse al conjunto de Carlo Ancelotti. Un animal feroz, un depredador especializado en cazar a cualquier pescado que mueva la cola sin rumbo. El tiburón es el rey del mar, como lo es este equipo en el verde.
Los pañales en cambio se refieren al miedo feroz que tienen los demás equipos. En especial, en ese caso, los culés. Sometidos y a la vera de esperar los éxitos blancos, ya están acostumbrados a verse derrotados por los de Chamartín.
Parece que nada cambia en la actualidad. La vida sigue igual y el Real Madrid sigue vivo y coleando esa aleta de tiburón feroz y hambriento.