La línea editorial de “El Chiringuito” en estos días sin mucho fútbol, pasa por analizar toda la polémica que está surgiendo en el Mundial. Pedrerol no quiso pasar por alto el recorrido de los equipos que han llegado hasta semifinales, y es que Argentina ha conseguido un logro inédito que nadie esperaba con su derrota en el primer partido ante Arabia Saudí.
Aunque su andadura en esta Copa del Mundo, ha dejado alguna sombra más. Si ya sembró la duda ante los árabes, el último duelo disputado frente a Países Bajos fue de traca.
Un comportamiento antideportivo de manual. Vimos al peor Leo Messi, un tipo desagradable que se desquició hasta no ver a su equipo clasificado. La albiceleste se dejó empatar en los últimos diez minutos, en un encuentro que iba ganando por 2-0.
La polémica imagen de Messi
A partir de entonces, empezó la polémica. Tanganas, discusiones arbitrales, faltas, tarjetas... el partido llegó a penaltis con mucha tensión. Aunque la victoria se la llevara Argentina, su imagen fue de lo más deplorable posible.
Los lloros de Messi coparon todas las portadas y reacciones. Este lideró el espiral de críticas. Se las tuvo con todos y de malas maneras. En vez de celebrar la victoria, se dedicó a desprestigiar al resto. Pero en el fútbol, al igual que se debe saber perder, también ganar.
El delantero del PSG, la tomó contra el colegiado español, Mateu Lahoz, se las tuvo con Van Gaal y con el autor de los goles holandeses, Weghorst. Acusó de malas maneras a todos. De todos es conocido el: “que miras bobo” que le soltó en directo al neerlandés.
Unas declaraciones que han traído cola por la diversidad de versiones que ha existido hasta que el mismo jugador afectado lo desmintiera todo. En el programa de El Chiringuito”, Jose Álvarez, corresponsal en Barcelona que cubre la información culé le quiso tirar un triple a su jefe, que no acabó colando.
Pedrerol le pone en su sitio
Este le acabó por llamar “mentiroso”, cuando se refirió a él con que la información que desvelaba, había contradicciones. El pupilo de Josep, quiso excusar a Leo Messi, asegurando que quién empezó la discusión fue el delantero contrario con unos apelativos poco cariñosos.
Aunque aquella versión de su historia tenía pocos matices. Faltaba cierta credibilidad. Algo por lo aue el presentador le tuvo que parar los pies. No era para menos. La campaña de Leo Messi estaba siendo exagerada. Al argentino se le había ido la pinza.
Más todavía cuando Weghorst, declaró ante los medios que solo le hizo el gesto para pedirle su camiseta ya que lo consideraba un buen delantero. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando se encontró que además de no dársela, le acabó por insultarle a pesar que el neerlandés no entendía el castellano.