El fanatismo ciega, y eso es lo que le ha pasado a Darío Montero a la hora de valorar las diferencias entre el VAR en Europa y el VAR en LaLiga. Todo el mundo coincide en que esta herramienta se utiliza a la perfección en competiciones europeas, mientras que en España deja muchísimo que desear. Sin embargo, el tertuliano de El Chiringuito ha pronunciado la mayor parida que se recuerda al respecto.
"A ver si aprenden en Champions a usar el VAR tan bien como en LaLiga. Lo de Milan no puede volver a repetirse", afirmaba Darío, en referencia a la jugada de este sábado en Getafe en la que se anuló un penalti sobre Vinicius Jr., acción que comparaba con la mano que no se pitó a favor del Barcelona en la derrota ante el Inter hace unos días.
El colaborador de Josep Pedrerol dejó bien claro que no tiene la menor idea de cómo funciona el VAR: en el partido del Barça, no se señaló penalti por mano de Dumfries porque las imágenes mostraban claramente que la pelota golpeaba primero en la cabeza del holandés, antes de impactar en su mano. En una acción defensiva no se debe señalar nada, al contrario que en la mano de Ansu Fati en ataque que sí se sancionó. El VAR actuó a la perfección.
Fue en el partido del Madrid ante el Getafe cuando no actuó tan correctamente. El madridismo sigue esperando una sola toma que demuestre que la pelota salió en la jugada que acabó en penalti sobre Vinicius. El brasileño controló la pelota en la banda, donde supuestamente se le escapó el cuero fuera del terreno de juego, y posteriormente se internó en el área siendo objeto de penalti.
El VAR indicó que la pelota había salido, pero con ninguna imagen quedó claro que la decisión fuera la correcta. Si se trata de perjudicar al Madrid y beneficiar al Barça, el VAR lo hizo mal en Europa y bien en España. Si se trata de justicia, fue justo al revés aunque a Darío Montero le cueste asimilar que el Barça está a un paso de la Europa League.
El madridismo estalla contra Darío Montero
Como cabía esperar, las reacciones de los aficionados merengues no tardaron en aparecer, poniendo contra las cuerdas a un Darío que sigue enseñando su patita culé cada día más.