Luis Rubiales y Gerard Piqué pactaron un contrato multimillonario para llevarse la Supercopa de España a Arabia Saudí. Tras las informaciones de ayer en las que El Confidencial publicaba unos audios en los que salían a la luz las comisiones que se llevaron uno y el otro, el mundo del fútbol se ha centrado en este escándalo. Ayer por la noche Gerard Piqué reunía a los medios vía Twitch para dar explicaciones de lo ocurrido.
Y la verdad que Piqué no fue capaz de convencer a nadie, es más cuando Juanma Castaño entró a la palestra diciendo que la situación era cuanto menos sospechosa, debido al conflicto de intereses en esta relación. Castaño no lo ve moral, a lo que Gerard responde en cierto tono chulesco que no entiende porqué hay tanto escándalo. Él dice que está "ayudando" a Rubiales, pero las comisiones hacen que esa ayuda pase a ser un negocio redondo para ambos.
"Quien organiza una competición no puede tener un negocio con alguien que participa en la competición", le explicaba Castaño al jugador del Barça. Fue entonces cuando Piqué se justificaba diciendo que desde que su empresa cerró este polémico contrato, la competición ha mejorado y todos ganan más dinero. Además, Piqué argumentaba que su relación empresarial no ha tenido nada que ver con los ganadores de estas ediciones, de hecho el Barça no ha sido capaz de ganar este campeonato en los últimos tres años.
Claramente, el catalán apoyó su discurso en el Real Madrid y en el Atleti para defender su inocencia. Para desvincular el conflicto de intereses. Lo sorprendente es que Piqué a las palabras de Castaño respondía con un tono de cabreo que al parecer hace a los periodistas culpables de un circo en el que solo han participado Piqué y Rubiales, y que al parecer es un acuerdo cuanto menos sospechoso.
"Sin el cambio de formato que le dimos a la competición, el Madrid no hubiera participado", se excusa Piqué. Pero esto va más allá de poder influir en los resultados, tiene más que ver con lo ético y lo moral. En la prensa todo el mundo cree que los audios filtrados no entran dentro de la regularidad en una relación como la de Ruabiales y Piqué, deportiva.
El central del Barça justifica que todo se ha sacado de contexto, tanto los audios como los números de las comisiones. Y llegados a este punto, lo extraño es que la Federación o Luis Rubiales no hayan hecho ningún tipo de declaración, porque si lo de Piqué suena a irresponsabilidad, lo de Rubiales, desde su posición de presidente, suena a escándalo de los grandes. Habrá que ver hasta donde llega esto, pero el conflicto de intereses y el tráfico de influencias son dos conceptos jurídicos de los que se va a oir hablar durante estos días.