Quien tuvo retuvo y sino que se lo pregunten a Roncero. Con el balón a punto de echar a rodar en Liga, el Real Madrid prepara su puesta a punto para empezar la competición de la mejor forma. Qué mejor manera que desbloquear este recuerdo que nos regaló Roncero cuando le plantó cara a todo el barcelonismo.
El redactor jefe del Diario AS, seguidor madridista desde hace muchos años es un talismán para el conjunto de Ancelotti. Su fe en este equipo es irremediable y confía hasta con los ojos cerrados.
Qué maravilla la de poder contar con gente así. A pesar de no estar próximo a la experiencia de ser futbolista, su criterio tras tantos años siguiendo el fútbol le catapultan a estar entre los mejores.
La rivalidad entre Real Madrid y FC.Barcelona
Eso pasa por entender que en el programa que dirige su amigo Josep Pedrerol, pueda hacer cosas como estas: una tanda de penaltis en directo en el mismo plató. Dos protagonistas.
Roncero y Lobo Carrasco, defensores de dos ideas y proyectos distintos. Su concepto del fútbol está muy alejado de uno y otro lado. Al periodista no le falta de nada para defender su tesis de ser seguidor de uno de los grandes clubes del mundo.
El ADN madridista siempre le acompaña. Así que como si se tratara de un portero profesional con el espíritu de Iker Casillas, Keylor Navas o Thibaut Courtois, bajo palos se puso los guantes para atajar un balón que le lanzaría Lobo Carrasco. El exjugador, no tuvo la misma fortuna y tras errar el primero erró también el segundo.
La técnica de Roncero
Dos disparos bastante parecidos: el primero fuerte abajo a la derecha, donde el merengue puso una buena mano a raíz de una gran estirada que realizó. La segunda fue todavía más espectacular a mano cambiada con la zurda. El balón que parecía colarse por el centro, rápido fue sacado por el periodista que reaccionó con grandes reflejos.
El ex delantero no sabía dónde meterse y su mirada trataba de esconderla allí dónde pudiera hacerlo. Fue un auténtico meme durante mucho tiempo. Si el Real Madrid necesita guardameta, solo hace falta abrir un casting.
Felicitado por todos sus compañeros, Paco Buyo incluido, lo celebró efusivamente como si se tratara de un auténtico trofeo. Merecía la pena tanto éxito: no se le olvidará nunca.