Con la victoria de ayer del FC. Barcelona, se asomaba un clásico en la final y todo parece que será por fin un partido disputado. Ambos equipos llegan justo de fuerzas y casi en las mismas condiciones: por penaltis y habiendo anotado los cuatros tantos de la tanda.
El Real Madrid habrá tenido un día más para descansar, pero eso no tiene porque colocarlos como favoritos, aunque hay algo que se denota en el ambiente. Es el espíritu madridista, el ADN blanco que no cesa y que ya huele el miedo a larga distancia.
Tomás Roncero le da una lección al Barça y a Soria
Lo explicaba a las mil maravillas Tomás Roncero ayer en “El Chiringuito” y sorprendía el hábitat del silencio de la bancada culé: nadie llegó a protestar. Tan solo una réplica de poca monta de Quim Domenech casi al final del discurso del periodista del AS.
Ningún rostro opuesto a dicha situación o malas caras. Nada por el estilo. Parece ser que el Barça juegue a un fútbol simplón, sin gracia, asumidos en la mediocridad.
Ya se filtraba tras el encuentro del Betis, la bronca de Xavi a los suyos, ¿Pero dónde está la sangre de aquellos que defendían tanto a los culés? Ni Cristóbal Soria se manifestaba lo más mínimo: ningún gag sorprendente de los suyos, ni falta de carácter, etc.
El Real Madrid tiene mucho ganado
Conformismo absoluto y con la cabeza gacha. Parece que el Lobo Carrasco le está comiendo la tostada en esa bancada de la oposición y los socios de su club de fans se han ido borrando vista la pasividad y negativa por comentar algo con cara y ojos.
Que tu máximo rival esté condecorando a su equipo y uno se limite a no decir nada, es cuanto menos preocupante. Podemos estar ante el Soria más ausente: ¿Qué le ocurre?
Como siga así, parece que Pedrerol va a tener que tomar medidas. Su ficha cotiza al alza y mantenerlo no es barato. Si los de Xavi se presentan el domingo con la misma actitud, el Real Madrid tiene mucho ganado.