Si hay algo que parece haber cambiado en “El Chiringuito”, es la postura de Cristóbal Soria. El andaluz parece que se está enamorando. Esa sensación que da igual lo que uno diga o haga, porque hay algo en el interior de cada uno que le dice cosas. Siente un revuelo en la barriga. Un hormigueo constante, como esas mariposas que rondan por tu estómago gritando que des el paso definitivo y sigas tus convicciones: Cristóbal Soria se está convirtiendo en madridista.
Se tenía que decir y se dijo. Desconocemos qué mosca le habrá picado, pero parece que desde el revés que sufrió el Real Madrid en su propia casa el domingo ante el Girona, este se ha pasado al bando de la protesta y es el primero en valorar la situación que atraviesa el fútbol, o en este caso, el arbitraje.
Cristóbal Soria más madridista que nunca
En la tertulia del domingo, lo vimos encendido. Su malestar aumentaba a cada rato que pasaba y allí ya manifestó un malestar: el primer golpe de enamoramiento, conocido como baño de realidad. El andaluz no se pudo aguantar sus ganas de protestar ese injusto penalti al madridismo que le quitó dos puntos a los blancos.
Pero para más inri, siguió dándole al palique con más frases de las suyas. Subido en ese tren dónde el amor te ciega, su discurso seguía en una línea continuista apoyando a los merengues. En favor de Florentino, aseguró que: “El fútbol evoluciona y el reglamento de las manos involuciona: cada vez vamos a peor”.
Así de claro lo dejó ir. Tanto tiempo escondiendo esa pasión, parece que por fin se ha liberado y ha conseguido armarse de valor para confesar que por este Real Madrid siente cosas. Al menos, disconformidad en lo que parece la forma arbitraria con la que lo juzgan.
Que el Ave Fénix haya seguido ganando y conquistando títulos casi a diario, es algo que rasca y mucho. Ser madridista hasta parece sencillo. Acostumbrados en la senda de la victoria, se ha convertido en la nueva normalidad. No hay quiénes le hagan temblar y el club parece estar muy tranquilo.
El arbitraje europeo deja en evidencia al de la Liga
Parece que con el arbitraje de ayer de Stéphanie Frappart, las injusticias todavía quedan más claras: Europa deja en evidencia a la Liga y eso que se pitaron hasta tres penaltis, dos a favor y uno en contra. El segundo penalti de anoche ante el Celtic, lo fue a consultar al VAR como posible duda, y ese gesto ya gustó algo más que el de Melero López, que ni se inmutó a ver el gol de Rodrygo del domingo.
Las diferencias existen y los criterios en la toma de decisiones también. Mientras se tenga a Cristóbal Soria en la cresta de la ola, subido a esa montaña rusa de emociones defendiendo al Real Madrid, se habrá hecho justicia. A este cada vez más se le ven los colores y ya se empieza a bajar los pantalones ante la que se le viene encima.
El Sevilla jugará en la Europa League, aunque su andadura allí tampoco está muy clara. Visto que se pegará un tiro en el pie, en sevillano ha empezado a cambiar su óptica. A priori al Real Madrid también se le abre un camino de posibilidades. Al pasar en el Bombo 1, los rivales del otro lado parecen más que asequibles. Así que veremos el sorteo del próximo día 7 a quién les toca, al igual que la reacción de Cristóbal Soria.