El fútbol es un deporte de emociones, sentimientos y muchas energías diferentes semana tras semana. Según lo que haga el equipo sobre el verde, pasarán unas cosas u otras.
En el programa de “El Chiringuito”, presentado por Josep Pedrerol, estas situaciones se viven casi a diario. Nunca se sabe cómo irá el programa, prácticamente sin guion. Las intervenciones de una y otra bancada suelen brillar por su espontaneidad.
El show de "El Chiringuito"
A pesar de que algunos vienen con sus “gags” preparados, hay veces que nos demuestran que viven el fútbol desde muy adentro. Ex futbolistas, árbitros, analistas deportivos, agentes de jugadores o periodistas deportivos reconocidos, son el perfil que interviene las noches de los domingos a jueves durante el programa.
Otro triunfo del espacio televisivo es la heterogeneidad de los participantes: cada uno defiende sus colores libremente, como libremente también declaran sus preferencias sexuales.
Aunque parezca extraño, se han hablado de muchas cosas en ese plató. Uno que habla mucho y mete la pata hasta el fondo es Cristóbal Soria y su arrogancia hablando del FC.Barcelona y Leo Messi.
La hemeroteca de "El Chiringuito"
Para entender esto, debemos remontarnos dos temporadas atrás cuando el argentino todavía vivía en la ciudad Condal. En una noche en la que Pedrerol estaba ausente y dirigía Juanfe Sanz, la cosa se fue de madre.
Sin el catalán en la poltrona presidencial el programa es ingobernable. De ahí a que cada uno diga la barbaridad más grande. Si eres un seguidor habitual, entenderás que cada uno ya asume su rol y eso es una de las facetas que se agradecen, para hacer más ágil el ritmo de las intervenciones.
En esa noche de verdadera locura, Soria se delató por sí solo. Espetó lo que nadie esperaba que dijera: “Estoy próximo a la bisexualidad”. Así se lo decía a José Luis Sánchez, a los demás compañeros y a la audiencia en general, para referirse a un Leo Messi que estaba triste y hundido en Barcelona.
Con esa sentencia zanjó el debate y hasta provocó las risas en el programa. Soria venía a referirse que su amor por Messi era tan grande, que era capaz de sentir cosas por él. Estaba enamorado del futbolista y era un sentimiento, que, según él, no podía borrarse de su cabeza.
Cristóbal Soria ya no sabe que inventarse
Asumió que no tenía miedo a decirlo y que lo tenía superado sin ningún tipo de reparo a enfrentarse con nadie. Pero ahí vemos la falta de cordura de algunos que son capaces de decir tal barbaridad. Al andaluz se le blanqueó aquel comentario, pero si lo llega a decir un madridista como Roncero o Edu Aguirre, la que se hubiera liado.
El colaborador ha perdido la cabeza desde hace tiempo. Llora por las esquinas la pérdida de Messi. Este les dejó tirados y se ha ido a París, a encerrarse en su jaula de oro. Ha supuesto un duro golpe para el conjunto azulgrana.
No consiguen levantar cabeza y viven asumidos en una crisis profunda y parece que interminable. No sabe cómo reaccionar ni tienen ganas e ilusión por hacerlo.
Vivir del pasado es el mayor error que alguien puede cometer en el fútbol. Uno debe evolucionar y el equipo debe asumir que no hay ningún jugador por encima del escudo. Son cosas que no se pueden entender si no eres del Real Madrid.