Cristóbal Soria baja el tono de su cabreo y reconoce que el Real Madrid fue mejor que el Sevilla en el partido de ayer disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán. Algo que a priori es insólito, ya que el sevillano ha reiterado en infinitas ocasiones su odio al Madrid. Y no todo iban a ser buenismos para los de Ancelotti, Soria no tardó en explicar que, "el árbitro una vez hizo de las suyas".
Se refería a la acción entre Eduardo Camavinga y Martial que tuvo lugar en la primera parte. El árbitro, según Soria, se equivocó tremendamente en la acción, pues cuando Josep Pedrerol le preguntó, "¿crees que el árbitro ha perjudicado al Sevilla?", a lo que el tertuliano respondió: "Claramente, pero yo y ahora veremos el sevillismo como está. En pie de guerra una vez más... la segunda amarilla a Camavinga no tiene discusión de ningún tipo".
Pero no se queda ahí, no. "¿Hay algún árbitro en este país que no entienda que la entrada de Camavinga no ha sido roja?", decía Soria en un tono muy relajado como quien acaba de sufrir la derrota de la temporada y no tiene ganas ni de discutir. Para él la segunda amarilla que debió ver el joven futbolista del Madrid no tiene discusión, al igual que la acción del gol anulado a Vinicius, de la que dice que es mano clara y por tanto está bien anulada.
Y cuando Soria decía que el árbitro había perjudicado "otra vez" al Sevilla, ese "otra vez" deja claro el malestar de Soria con los árbitros, no solo en el partido de ayer, si no a lo largo de la temporada. El caso es que para el sevillismo ayer era domingo de resurrección y quizás esto es lo que más enfadó a Soria, el fondo de Biris sacó un tifo en el que se leía: "Celebraron nuestra muerte, temerán nuestra resurreción". Lo que viene siendo que te salga el tiro por la culata, el único que resucitó en el Pizjuan en este domingo tan católico en Sevilla fue el Real Madrid, que más que la Liga, parecía que estaba jugando la Copa de Europa.