Si a principio de temporada se dudaba del Real Madrid de norte a sur y de este a oeste, ayer dio una lección a todo el mundo. Por cosas como la de la vuelta de estas semifinales, el Real Madrid se ha ganado el adjetivo de mejor equipo del mundo. Cristóbal Soria y Jota Jordi ya no critican al equipo blanco, se rinden ante él. No saben si dejar la profesión, si llorar o hacerse del Madrid.
Jota Jordi no levantó la cabeza en todo lo que duró El Chiringuito, solo lo hizo una vez y fue para decir: "Una vez es suerte, dos no es tanta suerte y tres, yo creo que los que no somos madridistas tenemos que aprender de lo que ha pasado hoy". Y es que como dice Ancelotti, la magia de este estadio nadie se la puede imaginar. Y es que Jordi y Soria tienen que entender que el Real Madrid en esta edición ha eliminado al PSG de Mbappé, Messi y Neymar; al Chelsea, vigente campeón de Europa; y ahora al Manchester City, un equipo hecho a base de dinero que posiblemente es el mejor del mundo junto al Liverpool, el próximo rival.
Encima el Madrid es capaz de ganar con todo en contra, quizás esto sea lo más increíble. Esto está provocando que Soria diga que, "estoy perdiendo años de vida, no puedo con esto, me replanteo absolutamente todo, quiero cambiar de deporte, me replanteo mi presencia televisiva, me replanteo levantarme mañana por la mañana con ánimo de qué".
Y es que la eliminatoria contra los de Guardiola ha dado al madridismo, de nuevo, un pase a la final con un camino sin precedentes hasta llegar a Paris. Con tres remontadas históricas que no podrá olvidar el mundo en mucho tiempo. La magia a la que aludía Carletto sobrevoló de nuevo el Bernabéu, entrando primero en los corazones de los asistentes al partido y después en los once muchachos vestidos de blanco. "La frase de nunca bajan los brazos la quiero para mi equipo", decía Jota Jordi, muy desilusionado y todavía casi sin creer lo que había pasado.
Y lo que pasó solo tiene una explicación, Real Madrid. No se entiende desde la razón y tampoco hay palabras en el diccionario que aglutinen un significado tan parecido al Rey de Europa. Esto es un efecto ilusoria llevado a la realidad, que llena de felicidad al madridismo y de contradicción a los rivales, solo hay que ver las caras de Soria y Jota Jordi para entenderlo.