Todavía quedaba uno por anotarse en el Spotify Camp Nou, pero el Real Madrid ya vencía y de qué manera a un Barça desconectado y desaparecido casi durante todo el encuentro.
El recital del Real Madrid
Marcaba el tercero Karim de penalti y el salón de cualquier casa estallaba de júbilo con la energía y celebración habitual cuándo este equipo remonta. En “El Chiringuito” no podía ser menos y estos brincaban de alegría con un gol más que hacía estallar a cada miembro del equipo de Pedrerol.
Con Alfredo Duro narrando de fondo, se veía a un Edu Aguirre y José Luis Sánchez festejando su emoción por volver a una nueva final. Aunque aquello no era lo único. Jota Jordi y el barcelonismo eran la otra cara de la moneda en una noche oscura y terrorífica para un Barça que volvía a hacer el ridículo una vez más.
Jota Jordi estallaba con el resultado
El catalán, que previamente ya la había tomado con Vinicius al insultarle y tildarle de provocador, no podía soportar ver a un equipo campeón como este que tras unas semanas de recuperación volvía al estado habitual que nos tiene acostumbrados: pletóricos.
El Real Madrid supo mimetizarse de principio a fin en una noche memorable de todos. Ancelotti entendió perfectamente la lectura de un duelo de altura y los jugadores plasmaron todas sus ideas. Esto es el Real Madrid mientras todos los rivales rabiaban a morir.