Los 88 millones de euros que ha pagado el Real Madrid por Aurélien Tchouameni han provocado la ilusión en los aficionados del club merengue. Mucho se ha hablado del talento del futbolista francés aunque ahora tendrá que demostrarlo en el mejor equipo de la historia. Algunos ya lo ponen como el sucesor de jugadores tan singulares que rondaron por la posición del 5. Es el caso de Fernando Redondo, Sami Kedhira, Claude Makelelé y Carlos Henrique Casemiro.
Pero la misión no es nada sencilla. La posición de pivote en un equipo de élite es de las más difíciles de ocupar por varios motivos. Sin un jugador que aporte equilibrio el talento queda desamparado, ejemplo de ello fue la salida de Claude Makelele del Real Madrid y los problemas que encontró la dirección deportiva para sustituirle. Tantos problemas que se tardó años en encontrar a un futbolista de tal perfil.
Para jugar en la zona del 5 se necesita compromiso, músculo, carácter y personalidad; además el fútbol moderno ha obligado a quienes ocupan esa posición a desarrollar el talento. Es el lugar de transición defensa - ataque, y en un equipo que aspira a todo este jugador tiene que saberse el catecismo de la salida del balón. En estas dos últimas décadas por ahí han pasado jugadores diferentes y singulares.
Si uno se ciñe a los de la foto observa que el único parecido entre ellos es el compromiso y la regularidad. Quizá Tchouameni no se parece a ninguno de los cuatro, pues no tiene el talento y elegancia de Fernando Redondo, pero Redondo no tenía el contrapeso defensa ataque que sí tiene Tchouameni. El francés es un jugador con aptitudes para triunfar en el Real Madrid, pero para ello tendrá que quitar el puesto a uno de los pivotes más importantes de la historia de Real Madrid, Carlos Henrique Casemiro, cinco Copas de Europa lo avalan.