La historia de Santiago Bernabéu y Alfredo di Stéfano se suele recordar por aquellos momentos idílicos en los que el Real Madrid y la Copa de Europa fueron la pareja de moda en los años 50. Es normal que se relaciones tanto al uno con el otro puesto que de no haberse cruzado en el mismo camino la historia del fútbol y del Real Madrid sería hoy muy diferente.
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— Manuel Jabois (@manueljabois) May 3, 2022
Pero no todo fueron rosas y azahares en esta relación de triunfo. Cuando Alfredo estaba en su última etapa en el Madrid a Bernabéu le parecía que ya no corría sobre el campo, lo que le valió más de un enfrentamiento con el argentino. Esto provocó la salida de Di Stéfano del Real Madrid y la ruptura de la relación entre ambos. Fue una de las decisiones más difíciles que tomó Bernabéu como presidente de la entidad blanca, pero había que llevarla a cabo.
Recientemente, en una publicación del periodista de El País, Manuel Jabois, la relación entre ambos fue de nuevo noticia. Y es que el periodista gallego tuvo un encuentro con el mítico fotoperiodista Raúl Cancio, uno de los fotógrafos asiduos en aquellos años en los que el Madrid comenzaba a despegar. Cancio le contó a Jabois una de las anécdotas quizá más bonitas que se puedan recordar entre el presidente y el futbolista.
Cuenta Cancio que un día estaba con Rafael Marichalar y fueron a ver a Alfredo di Stéfano cuando entrenaba al Elche. Se lo encontraron en el hotel cenando solo y se acercaron. Tras un rato, Rafael le dijo al argentino: "Alfredo, ¿nos vamos a ver a don Santiago, que está en Santa Pola, y le das un abrazo?", a lo que Di Stéfano respondió, "vamos", dejando a Cancio y a Marichalar sorprendidos.
Pero la sorpresa iba a ser para Bernabéu, quien a altas horas de la madrugada iba a escuchar el timbre de su casa. "Abre Santiago Bernabéu con un mandilón de pescador", cuenta Cancio. Tras decir que iban a tomar una copa, Bernabéu les hizo pasar. Cuentan que estuvieron hasta las cuatro de la mañana, que el presidente y el argentino quedaron recoinciliados, y que al despedirse se abrazaron.
Lo más bonito de esta historia se produjo cuando ya se marcharon. Cuenta Cancio que pasaron por el pequeño embarcadero que había en la casa de Bernabéu y que vieron el nombre de su barco: "La saeta rubia". Ya se pueden imaginar ustedes la cara que pondría Don Alfredo di Stéfano, el primer gran jugador del Real Madrid.