Luka Modric es top en el campo y también fuera de él. Es uno de los jugadores más queridos por el madridismo porque en parte siempre tiene muy buenos gestos con la afición algo que se valora especialmente en este club.
Fue tras el partido contra el Rayo Vallecano en el Bernabéu, tras el pitido final y salir de las duchas, el croata se enfrentó a una de esas sorpresas que emocionan. Un grupo de niños y niñas acudieron al estadio, lo especial es que venía desde Eslovaquia y que todos llevaban la camiseta del 10 del Madrid.
Vinieron expresamente a Madrid para ver a uno de sus grandes ídolos y es que Luka Modric no solo levanta pasiones en su país también en todos los que corresponden al este del continente. Su protagonismo en el fútbol mundial en la última década le ha situado entre los grandes jugadores de la historia y no es para menos.
Es el más veterano del conjunto blanco y parece que seguirá una temporada más dando todo por el Real Madrid. Este tipo de gestos lo convierten también en embajador del club pues firmó uno por uno todos los autógrafos que este grupo de fans le tendía.
Por eso se ha convertido en uno de los más queridos, se ha ganado el respeto de rivales y ejemplo de ello es que sale aplaudido de cada estadio que visita. En el Real Madrid y en miles de aficionados ha dejado un huella difícil de borrar.