Jamie Carragher es hoy en redes la cara de todos los aficionados del Liverpool. Una imagen anecdótica de una afición que se comportó como pocas ante un derrota sonrojante. La cara de esta leyenda del Liverpool es la de la frustración de chocarse una y otra vez contra la misma pared.
De la alegría a la tristeza
El fútbol es un estado de ánimo, diría Jorge Valdano. Si uno atiende a las imágenes que dejó Carragher durante el partido de ida de los octavos de final de la Copa de Europa, entenderá mejor al argentino.
Y es que ayer en Anfield se vivió uno de esos partidos que tardarán décadas en ser olvidados. El Liverpool y su afición se las prometían felices con los dos goles a favor, ejemplo de ello fue Jamie.
Sin embargo, la realidad pasó a ser cada vez más blanca. Con el primero de Vini su cara empezó a tomar una postura seria. Con el segundo, tras el error de Allison ya intuyó lo que se venía.
El tercero de Eder Militao acabó con toda posibilidad de poder sonreír, al menos, en lo que quedaba de partido. Luego el cuarto y luego el quinto y Carragher parecía resignado ante un equipo que cada vez que pisa la Champions se transforma y toma súper poderes.