El Real Madrid jugaba otra final y volvía a hacerlo sin Casemiro en el medio. Era la tercera vez que esto ocurría y sus dos eternos compañeros ya lo notaban. Las últimas críticas que habían sobrevolado a Tchouameni, no eran casualidad.
La escuela que creó el brasileño
Muchos todavía siguen echando en falta al pivote brasileño, al ver que el francés todavía no ha dado ese salto de calidad necesario en el equipo. Sus lesiones y la fatiga que arrastraba tras el Mundial, no le han ayudado lo más mínimo y eso ha provocado un auténtico incendio.
La hinchada merengue acusa todavía algunos gestos de novato, mientras que con Casemiro eso no pasaba. En algunas lances del juego hemos visto que, a las veces que salta Kroos, el galo no genera ese espacio necesario y eso supone un problema para la creación del juego y salida de balón. En favor de Aurélien, todo es cuestión de práctica y nadie nace aprendido.
La nostalgia por Casemiro
Aunque algunos también se les vio algo en los ojos con aquella mítica foto tan repetida entre los tres. Casemiro, Kroos, Modric formaron un auténtico medio campo imparable y consiguieron ser la envidia de muchos equipos. Siete años consecutivos a un nivel estratosférico, sin que nadie les haya conseguido hacer sombra.
Veremos qué depara el futuro en la medular blanca con los jóvenes que vengan. Por ahora opositan el mismo Tchouameni, Camavinga y Valverde, aunque Ceballos también asoma la cabeza. Sustituir a esos tres no es tarea fácil y ya se está viendo con el caso del brasileño: ¿Qué será lo siguiente?