El Barcelona no pudo inscribir a Dani Olmo antes del cambio de año y la Liga ya ha borrado al centrocampista de la plantilla que comanda Hansi Flick. La errática gestión de Joan Laporta vuelve a aparecer en medio de una ilusión desmedida en los últimos meses.
Olmo fue el fichaje estrella del Barça el pasado verano, que decidió pujar por el entonces futbolista del Leipzig, al que pagó unos 60 millones de euros, después de frustrarse la operación por Nico Williams, el gran elegido en la Ciudad Condal para que liderara el ataque del equipo, junto a Lamine Yamal, como ya ocurre en la Selección española.
Sin embargo, Olmo ya no es jugador del Barça, que al no cumplir con las reglas de la Liga en cuanto a masa salarial y tope de gastos se ha quedado sin su fichaje más importante de los últimos años. El internacional español es libre y puede negociar su llegada a cualquier otro club desde este lunes.
Algo que no ha terminado de asumir cierto sector del barcelonismo, entre el que se encuentra Jota Jordi, el agente FIFA más conocido popularmente por sus intervenciones en ‘El Chiringuito de Jugones’, el programa que dirige y presenta Josep Pedrerol en Mega.
La culpa, de Florentino
El último ridículo del Barcelona por no fichar a un jugador por el que se gastó una millonada en agosto tiene un responsable directo para Jota Jordi… y es el Madrid y su presidente, Florentino Pérez.
En un tuit incendiario, el catalán asegura que, después del ‘no’ del Barça a la iniciativa de Javier Tebas con el fondo CVC -cerca de 3.000 millones para los clubes, pero asegurándose éste el 10% de los derechos audiovisuales de explotación para los siguientes 50 años-, la patronal del fútbol español siempre va contra el Barcelona. “Se le ataca constantemente”, ha señalado Jota Jordi. Olvida que en el rechazo a la propuesta de Tebas también están el Athletic Club… y el Real Madrid.
Según el tertuliano de Pedrerol, los que “mandan” en todos los estamentos de nuestro fútbol son “más merengues q Bernabéu”, criticando a los culés críticos con lo que ya es un ridículo histórico, otro más, claro…