El Real Madrid sigue de enhorabuena y no es casualidad o pan de un día que esto haya ocurrido. Su excelente temporada exige premiarles como se merecen. Los 25 jugadores de la plantilla han aportado un elemento cualitativo a este equipo que juega de dulce, pongas el rival que le pongas delante.
No hay secreto o explicación alguna por la forma en la que encaran los partidos, cómo aplastan al rival o cómo materializan todos los goles que les convierte en campeones. Vestir la elástica blanca les premia con un ADN distinto al resto.
Estos jugadores solo saben ganar y lo hacen de la forma más arrolladora posible. Pero si hay alguien a los que premiar, estos deben ser varios. Línea por línea el equipo ha tenido jugadores diferenciales, pero si hay alguno que su rendimiento ha explotado la percepción de cualquiera son: Eduardo Camavinga y Rodrygo Goes.
Ambos jugadores han sido premiados por La Liga el primero y por la Copa del Mundo el segundo. Los dos reconocimientos han sido hasta comparados con auténticas leyendas del fútbol mundial. El francés con un exmadridista como Seedorf y el extremo con la perspicacia de Pelé, que tan solo le faltó jugar de blanco en su exitosa carrera.
Eduardo Camavinga y Rodrygo Goes: candidatos a leyendas
Francés y brasileño han maravillado y enamorado a la parroquia blanca, cada vez que saltaban sobre el verde. El mediocentro y el delantero no llevan el mismo tiempo en el equipo, pero parece que se han puesto de acuerdo para dar el golpe encima de la mesa que necesitaban ambos jugadores.
Camavinga había presentado su candidatura como revelación desde su llegada el verano pasado. En su primera campaña en el club, sus prestaciones han estado incluso por encima de lo esperado.
Es increíble lo que ha conseguido el galo. Ha sido capaz de mejorar lo que había y siempre que ha contado con la confianza de Ancelotti, le ha respondido a las mil maravillas.
Su juventud asusta y su criterio encima del verde es la propuesta más seria, que había hecho alguien en mucho tiempo. Esas trenzas rubias han sido el agitador del medio campo en casi cada partido decisivo.
En el caso de Rodrygo, su evolución ha sido excelente. El perfil de jugador revulsivo lleva su nombre y apellidos. Una posición en la que se desarrolla de maravilla y que sabe cómo actuar en cada momento. Hábil, rápido, descarado y explosivo. Siempre que ha salido sobre el verde ha triunfado. Otro de los grandes soldados más fieles de Carletto.
Más que merecido el preciado reconocimiento
No es baladí que estos dos máximos organismos hayan tenido el detalle de compararles en categoría de leyendas. Ya se ha comprobado que ni hasta la presión les puede, que juegan como si lo estuvieran haciendo en el patio del colegio y que ahora mismo son los firmes candidatos a ocupar las posiciones de titular en el Santiago Bernabéu.
Rodrygo por méritos propios, llegó a sentar a Marco Asensio, tirando la puerta de la titularidad y ganándole el pulso, hasta tal punto que el balear puede abandonar el club este mismo verano.
Camavinga, por su parte, tiene todas las papeletas de heredar el relevo del mediocampo. Porque pongas dónde le pongas todo lo hace bien: ya sea de pivote, de mediocentro ofensivo o más escorado a ser ese perfil destructor. La potestad que tiene para decidir, para jugar con esa tranquilidad pasmosa y visualizar dónde está el mejor pase, solo lo puede ver él.
¿Qué será de Camavinga o Rodrygo en un futuro?
No nos atrevemos a decir, todavía, que llegarán al nivel de Seedorf o Pelé, pero lo que está claro es que formarán parte de un Real Madrid para la historia. Juventud y mucho potencial son los ingredientes perfectos que manejan.
Si nada se tuerce el futuro es suyo. Les augura mucho tiempo en el vestuario de Concha Espina y el fútbol ya les ha permitido hacer realidad sus sueños. ¿Qué puede salir mal?