Los rumores de fichajes y salidas empiezan a coger forma en primavera. Estos maduran con el tiempo, aunque anunciarlo de forma prematura puede dificultar la validez del rumor y acabar siendo un simple interés. Esto es lo que parece que ocurrirá con el caso de Aurélien Tchouameni y el Liverpool.
Tchouameni se queda en Madrid
Los de Klopp les urge ponerse las pilas en el próximo mercado si bien quiere volver a ser lo que eran en Inglaterra o en Europa. Necesitados de una reconstrucción urgente, mucho se ha hablado de la importancia que le han puesto a buscarle nuevas caras a su centro del campo.
Por si fuera poco, no solo necesitan a uno sino que son tres los nombres que solicitan, -uno por posición-. Retirados de la puja por Bellingham al considerar desproporcionado su precio, estos se centran en nuevos objetivos que puedan ser igual de válidos y competitivos.
Mientras el inglés se les escapa y se lo dejan a punto de caramelo al Real Madrid, los de Abbey Road, estarían dispuestos a cazar en mares revueltos. Estos estarían interesados en aprovechar el baile de nombres en el vestuario blanco y conseguir llevarse al pivote francés, quién apenas lleva un año en el club blanco.
Las prestaciones de Tchouameni
Su adaptación no ha sido de lo más prolifera, pero desde la directiva confían que pueda revertir la situación. Alegan que su juventud y la responsabilidad de suplir un vacío tan grande como el que dejó Casemiro, no es sencillo. Además, tras pagar cerca de los 80 kilos más variables, lo consideran de intransferible, casi.
Tchouameni es feliz en Madrid y a pesar de no contar con toda la confianza que desearía, este quiere triunfar en Chamartín. Sabe del reto que esto supone para su carrera, pero también cuenta con la aprobación de muchos eruditos del fútbol que ven en él un jugador de presente y futuro.
El vestuario conoce sus prestaciones y a pesar de perder un poco el hilo con la titularidad, todavía tiene licencia para soñar. Nadie le dijo que fuera sencillo, pero este está todavía tranquilo y cómodo en su situación. Dejarlo ir ahora se convertiría en un auténtico error y su momento debe llegar con cualquier oportunidad.