La única final de Champions que empezó con un retraso de más de cuarenta y cinco minutos, fue vista por medio mundo. Los aficionados al fútbol tenían una cita para la historia para presenciar la que sería, la catorceava Copa de Europa. El Real Madrid se enfrentaba por tercera vez en una final de Champions al Liverpool. Un pronóstico en el que el conjunto blanco sale vencedor por 2-1.
Se puede decir que ayer se paró prácticamente el mundo. Nadie quiso perderse un minuto de la finalísima de Saint Denis y todos querían ver a sus estrellas. Desde Brasil todos tenían claro con quién ir y ese no era otro que Vinicius FC. El extremo izquierdo se marcó un fantástico partido y volvió loco a Alexander Arnold. Su marca ya no sabía dónde meterse con las internadas del carioca.
Partido para la historia
En el gol, el lateral queda retratado ya que se desentiende de la jugada. Se olvida de Vinicius y este puede rematar prácticamente a placer. El emblema madridista consiguió levantar a todos los aficionados de sus sillas y asientos para celebrar con euforia aquel gol que tanto daño le hizo al Liverpool.
Tras el partido, todo eran elogios para el Real Madrid y para sus jugadores. Numerosas felicitaciones de varios equipos, también fueron sucediendo a medida que iba avanzando la noche. Todos caían rendidos al éxito y la épica blanca. Uno de los primeros que lo hizo, impresionado con el partido de las estrellas, fue el Flamengo.
El equipo del que salió Vinicius. El crack merengue se formó allí y fue dónde dio sus primeros pasos como futbolista. Un recuerdo imborrable para él. Debutó a los 16 años pero eso no importaba. En todo caso, sorprendía su destreza y desparpajo sobre el verde.
Madurez deportiva en el Real Madrid
Con Carlo Ancelotti se ha hecho mayor. Ha crecido y ha madurado lo suficiente como para dar el salto de calidad que necesitaba. El técnico ha dado con la clave para darle las alas que necesitaba. Ha aprendido a volar solo y ya nadie utiliza una mala palabra con su nombre.
Desde Brasil, en el Flamengo, quedaron impresionados con el monstruo en el que se había convertido. Un mensaje sencillo y directo: “Increíblemente impresionados”.
No se olvidan de su estrella
La cita iba acompañada de un Vinicius radiante y feliz levantando la orejona. Su primera Champions desde que llegó al club. La primera de muchas que le quedan por levantar. Es el héroe de una fantástica generación de futbolistas.
Sin ir más lejos, fue su noche particular. El carioca que se había salido en cada una de las eliminatorias de esta Champions, le puso la guinda con su gol en la final. Cuatro goles y siete asistencias han sido su aportación al equipo. Un jugador determinante que ha nacido para hacer historia.
Beso al escudo y palmada sobre él en la celebración del gol. Respeto, admiración y compromiso con el escudo y el público. La afición le quiere y él se lo devuelve así. Es la sonrisa del madridismo. No hay otra descripción para el estado de gracia que atraviesa el joven jugador. Sensacional lo del carioca.