En el triunfo del Real Madrid ante el Leganés en tierras pepineras (0-3), el equipo de Carlo Ancelotti consiguió algo más que una victoria: certificó que el equipo está de vuelta, con buenas sensaciones y muchísima mejora.
El arranque del curso había comenzado de manera muy irregular para el Madrid, que ya ha perdido los mismos partidos (3) que en todo el curso anterior. Para colmo, las lesiones están siendo un auténtico dolor de cabeza para Carlo Ancelotti.
El técnico italiano se está viendo obligado a introducir cambios y el partido de Leganés no fue la excepción. Con la nueva posición de Kylian Mbappé -estuvo en banda izquierda- y Vinicius en el centro de la delantera, la gran novedad fue la entrada de Arda Güler al once titular.
El futbolista otomano sumó en Butarque su cuarta titularidad con el equipo y aguantó sobre el verde 75 minutos, reivindicándose como uno de los mejores futbolistas del Madrid. Y las estadísticas así lo demuestran.
Güler fue el que más disparó a puerta y centró más sobre la portería del Leganés. El ‘21’ merengue chutó en cinco ocasiones, siendo tres a puerta, igualado con Mbappé -le ‘cedió’ el gol al francés tras el pase de Vini-. Además, ofreció 38 de 41 pases intentados (una precisión de casi un 93%), siendo 23 de ellos en el último tercio del campo rival, e hizo cuatro regates.
“Arda ha estado muy bien, con creatividad en el último tercio y, además, ha estado cerca de marcar. Ha hecho un partido completo…”, señalaba Ancelotti en rueda de prensa al término del encuentro contra los pepineros.
El vestuario se vuelca
Pero el entrenador no era el único en deshacerse en elogios con Güler. Diversos compañeros alabaron la figura del otomano, el principal reclamo del madridismo al ser un futbolista superdotado y con una clase muy especial.
La plantilla del Real Madrid adora a Arda 🤍 pic.twitter.com/VFsoONZsaF
— REAL MADRID FANS 🤍 (@AdriRM33) November 24, 2024
“Gran asistencia”, le decía Lucas Vázquez por redes sociales, refiriéndose al toquecito previo al gol que marcó Fede Valverde (el 0-2). “Gracias, hermano”, le señalaba el uruguayo. “Crack Ardaaa”, escribía Endrick.