Parece que no a todos los madridistas le ha sentado bien este inicio del año. Si a Vinicius le regalaban elogios a Mariano le caían numerosos palos. Posiblemente sean la cara y la cruz del vestuario y es que mientras uno se carga de éxitos el otro solo se encuentra con la cruz y las barreras que le impiden triunfar en el club.
Con insultos desmedidos de todo tipo le invitaban a abandonar el club cuanto antes, pero aquellas no eran ni las formas ni los métodos. Auténticas faltas de respero al jugador que no se merecía este trato y menos para felicitar el año nuevo.
El adiós de Mariano se consume
Tanto si juega como si no, es un futbolista que siempre ha hecho equipo y no hay motivos como para castigarle por que no juega. Que sus prestaciones futbolísticas podrían ser mejores, está claro, pero no para recibir tales palos.
Mariano lleva ya varios años en la disciplina merengue. De hecho llegó como la auténtica revolución y tras la salida de Cristiano Ronaldo del equipo.
El hispano dominicano venía de hacer un sensacional campaña en Lyon y la necesidad del Real Madrid por hacer un cambio de estrategia era evidente. El recibimiento fue total. Hasta llegaron a entregarle el mítico “7”, pero este nunca volvió a ser el que era.
Las prestaciones de Mariano
En el Real Madrid fue la mitad de lo que había sido. Su suerte no logró cambiar y los entrenadores que han ido pasando: Solari, Zidane o Ancelotti no han logrado confiar en sus capacidades.
El futbolista ha jugado los minutos residuales de cada temporada y en ocasiones ha pasado a ser hasta la tercera opción cuando estaba Jovic en la plantilla. Hasta los mismos entrenadores han buscado otras opciones para evitar su candidatura.
El delantero termina contrato este próximo verano y tras que en el anterior no le llegaran opciones para salir, el club le estaría buscando acomodo en otro lado. Parece que sus planes se separarán tras no haberse entendido tal y como se esperaba.