Ya no quedan halagos suficientes como para definir el talento y la calidad de los jugadores merengues. Su potencial es fantástico y la parroquia blanca está viviendo una de las épocas doradas de la entidad.
Nadie pone un pero a esta plantilla, que parece que a cada partido se superan más que el anterior. Una forma de ganar arrolladora y sin miramientos. Como un auténtico puñal sentencian a cada rival en cuestión de minutos.
Fede Valverde es la auténtica sensación blanca
Quizá solo les hace falta tan solo un margen de 10 minutos, aunque el rendimiento ofrecido sobre el verde es total. Si analizamos posición por posición el once, nos daremos cuenta que ya son muchas veces las que nos lo sabemos de memoria.
Los más críticos acusarán al entrenador de previsible, pero, ¿qué será de unos jugadores que sorprenden en cada partido? ¿A caso estaba preparada la carrera de 52 metros de Fede Valverde desde que cogió el balón hasta que lo metió en el fondo de las mallas?
La respuesta es evidente y parece que la gente ignore este hecho. De haber sido otro jugadore, se estaría hablando quizá semanas de este auténtico trallazo. La vara de medir de algunos es muy reducida y eso provoca que haya tanto debate entre clubes. Aunque si hay alguien que se ha convertido en un auténtico especialista es Álvaro Benito.
Álvaro Benito se rinde a los pies de Fede Valverde
El exjugador de fútbol habla del uruguayo como una auténtica mole. Lo define con una sola palabra que podría resumir su esencia al completo: un “cañón” dice que es. El analista deportivo, escribe en el diario AS a modo de columna y el gol del charrúa del pasado domingo fue demasiado para él.
No es para menos pensar que es un firme candidato a liderar el Real Madrid de presente y futuro. A sus 24 años ha encontrado el lugar que merecía. Ya lo venía pidiendo a gritos desde la campaña anterior, momento en el que Ancelotti le dio su oportunidad.
Poco a poco fue entrando en el equipo y a base de resultados, demostró ser ese futbolista diferencial que tanto tiempo había buscado el club.
Su final de campaña del año pasado fue espectacular. Decisivo en la final, determinante para desatascar los partidos que al club se le atragantaban y con ánimo de ser un futbolista que se dejaba el corazón en cada balón que tocaba.
Ha crecido en confianza y firmeza y ya se atreve con todo. Capacitado para asumir riesgos es el rol del futbolista moderno que no le teme a nada. Pocos hay en la actualidad que se le parezcan y es que este todoterreno es hasta difícil encontrarle una posición en el terreno de juego.
La versatilidad de Fede Valverde en acción
Ancelotti lo alinea como falso extremo derecho, complementando así su falso 4-3-3 habitual. Un jugado que ha sido capaz de romperle los esquemas a un entrenador tan experimentado como el italiano.
Capaz de jugar en cualquier posición, con gran recorrido y capacidad para dar volumen y músculo a ese centro del campo. Podría jugar en cualquier posición de la medular, aunque parece que dónde se desarrolla mejor es en esa extraña ubicación de volante, casi como intermediario entre la delantera y la zona centro.
Llegador al área, le vimos el domingo en el Bernabéu, se espera que lo siga repitiendo en más encuentros a lo largo de la temporada. Una propuesta diferente a los roles clásicos del fútbol. Parece que su nombre pide a gritos el brazalete de capitán, aunque no lo necesite.
Salido de la cantera blanco, fichó por los de Chamartín procedente de Peñarol. Como un cañón, parafraseando a Álvaro Benito, rápido ascendió a los cielos del primer equipo previo paso por una cesión al Deportivo de la Coruña. Su lugar no es otro que el Real Madrid y su sentimiento así lo demuestra en cada encuentro.