Vovlía la Champions al Real Madrid y lo hacía con el fútbol femenino. Esa competición fetiche, de la que el club blanco es un auténtico especialista. El equipo de Toril se medía al Chelsea, un partido de altos vuelos digno de admirar y soñar grandes cosas.
Pero si hay que aplaudir algún gesto, es el de Misa Rodríguez, guardameta titular blanca y capitana del equipo. Es la estrella del vestuario y todo lo que hace, queda recompensado en la eternidad.
El detallazo de Misa Rodríguez
El último gesto con el que le han cazado demuestra de lo que estamos hablando. La portera tuvo el inmenso detalle de regalarle su chaqueta de partido a un niño pequeño que les acompañaba en el gélido clima que se ha girado.
Merece la pena verlo, porque Misa es la única que se percata del asunto. Son varios los jóvenes que les acompañan antes de cada partido y a pesar que uno de ellos lleva manga larga, se evidencia el frío que hace vistas las caras del pequeño. Este aprieta los puños fuerte abajo, pero no le sirve ni mucho menos.
Es entonces cuando Misa entra en acción y más rápida que nadie se quita su chaqueta y sorprende a público y compañeras en su gesto. Los gestos de las demás es de auténtico asombro.
Referente tanto dentro como fuera del campo
Tiene a una capitana que no se la merecen y es que esta defiende y demuestra los valores del madridismo como nunca antes lo habían hecho. Con ese detalle, se ha “ganado” al mundo y ha conseguido poner al fútbol femenino de nuevo al alza.
Este deporte está creciendo cada vez más y no es para menos su crecimiento. El objetivo blanco es equipararlo con el de los chicos, aunque todavía queda mucho camino por hacer.