Roger Federer anunció en el día de ayer la fecha definitiva de su retirada. El suizo pone fin a más de dos décadas de carrera profesional donde se convirtió en uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. La Laver Cup será la última ocasión para verle sobre la pista en partido oficial, momento tras el cual se despedirá para siempre de un deporte que ha llenado de gloria junto a Novak Djokovic y Rafael Nadal.
Y es que la carrera de Federer es imposible de recordar sin estos dos tenistas con los que formó el mítico Big Three, nombre que han recibido los tres más grandes de la historia de este deporte. Con Nadal disputó el que para muchos es el mejor partido de tenis de todos los tiempos, fue en el año 2008 en la final de Wimbledon donde tras cinco sets el español se impuso al suizo.
Desde el primer punto se percibió que el partido iba a ser de esos que crean afición, 14 golpes intercambiaron Federer y Nadal en un primer set que acabaría ganando el de Manacor tras castigar en el fondo de la pista al suizo. Nadal sabía a la perfección las claves para vencer a Federer en hierba, una de las superficies más cómodas para el gran tenista suizo que no pudo romper ningún saque del español. Rafa detectó que el revés de Federer no era tan eficaz como su derecha y le castigó durante todo el partido con ese golpe.
El segundo set también se lo llevó Rafa pero todo cambió en el séptimo juego del tercero. Rafa tuvo tres bolas de break con un 3-3 en el marcador lo que podría haber aprovechado para ganar a Federer aquel partido en tres sets. Pero Federer nunca se rinde y no solo levantó el juego sino que ese y el siguiente set se lo llevaría dejando el partido para su resolución en el quinto y último set.
A Rafa le pudo la ansiedad de vencer al que por entonces era el número 1 del tenis mundial. Aunque el español quería romper la racha de Federer, quien llevaba 5 años consecutivos siendo el rey de la hierba en Wimbledon. En el quinto set se decidió un partido que estuvo a punto de ser aplazado para el día siguiente debido a la poca visibilidad de la pista central por falta de luz natural. Y es que el partido se alargó mucho más de lo previsto. Pero finalmente el árbitro del encuentro tomó la mejor decisión posible para el espectáculo y la historia.
En aquellos momentos los Grand Slam no contemplaban el Tie Break o el Super Tie Break para decidir el quinto set sino que se resolvía con ventaja de dos juegos con respecto al rival. Nadal tuvo que ganar 9 juegos frente a los 7 de Federer para declinar un partido que hoy es recordado por todos los que lo vieron como el mejor de la historia. Y es que aquella tarde en Londres el mundo asistió al mejor momento del tenis ya que dos de los tres más grandes de la historia atravesaban por su mejor estado de forma.