China da un paso atrás en sus regulaciones contra los videojuegos: no ha tenido otra salida

Pekín ha confirmado una reducción de las fuertes restricciones al sector

Periodista
12 de Abril de 2022
Las autoridades del país asiático se han visto obligadas a dar marcha atrás

Las autoridades chinas lo han confirmado hace apenas unas horas: se ven obligadas a dar un paso atrás ante la crítica situación que viven las compañías de videojuegos en el país asiático. A pesar de su firmeza en la imposición de estas normas legales, otros motivos de mayor peso han obligado al Ejecutivo de Xi Jinping a cancelar parte de las medidas que impusieron en los meses de septiembre y octubre del año pasado.

Algunos de los aspectos que se vieron afectados directamente por las regulaciones chinas fueron la venta de consolas y el lanzamiento de títulos. El parón en estas dos cadenas de producción provocó que muchas compañías detuvieran su producción en el país chino, con los costes que esta medida supone para las desarrolladoras de videojuegos. Además, la implantación de estas medidas sin previo aviso provocó que el mercado chino se quedara sin, aproximadamente, 87 títulos que iban a llegar para finales de 2021 como Call of Duty: Vanguard o Halo Infinite.

Además, la limitación de tres horas de juego online para los menores de edad también afectó a las desarrolladoras nacionales, especializadas en los juegos free-to-play que tan conocidos son en el país asiático. La imposiblidad de prohibir los videojuegos debido a su amplia popularidad y su calificación por parte de las autoridades chinas como "opio espiritual" desencadenó en cientos de medidas restrictivas para la industria y los jugadores, que se vieron privados de la libertad que proporcionan los videojuegos en entornos políticos y familiares tan asfixiantes como los chinos.

Sin embargo, medio año depués, la misma institución que impuso esas fuertes medidas ha sido la encargada de aligerarlas. La Administración Nacional de Prensa y Publicaciones de China (NPPA) ha habilitado nuevas licencias para el lanzamiento de hasta 45 videojuegos. Aun así, algunas de las grandes desarrolladoras se han quedado fuera de esta relajación de medidas por parte de las autoridades del país asiático.

NetEase y Tencent, las dos compañías chinas de videojuegos por excelencia, han quedado fuera de esta concesión de licencias. Aun así, el motivo principal del levantamiento de estas medidas contra los videojuegos es la cuestión económica. En su intento por mantener una imagen amiga de la libertad y de Occidente, China busca recuperar una mayor fluidez en uno de los mercados más lucrativos del mundo. 

La creación de las medidas en septiembre y octubre del año pasado provocó que cientos de pequeños estudios y desarrolladoras dentro del país asiático se vieran abocados a la quiebra y el cierre total. Incluso Tencent, el coloso asiático, sufrió una dolorosa pérdida en los mercados mundiales cifrada en, aproximadamente, 18.000 millones de euros.

Aun así, el control sobre la industria nacional de los videojuegos sigue siendo férreo y restrictivo, imponiendo unos recortes impropios de un Ejecutivo que busca ofrecer una imagen amiga de Occidente pero que al mismo tiempo mantiene una estrecha vigilancia sobre todos y cada uno de los aspectos de la vida de sus ciudadanos. Nuevamente, se demuestra que todos los gobiernos están cortados por el mismo patrón: la economía ha sido clave en el levantamiento del control externo de la industria de los videojuegos en China.