Jorge Mendes, uno de los súper agentes de futbolistas más mediáticos y prestigiosos del panorama internacional, lleva tiempo fuera de la órbita del Real Madrid. Desde la salida de James Rodríguez del club blanco, el portugués no ha vuelto a tener contacto con la entidad madridista. Sin embargo, habría dos futbolistas del súper agente que sí tendrían cabida en el vestuario blanco.
Bernardo Silva y Joao Cancelo son dos jugadores representados por Mendes que interesarían en las oficinas del Santiago Bernabéu. Los dos futbolistas portugueses juegan bajo las órdenes de Pep Guardiola en el Manchester City y ambos son piezas claves en los esquemas del técnico español.
Sin embargo, tanto Bernardo como Cancelo, estarían dispuestos a salir de Mánchester y aterrizar en Madrid. El atacante de 27 años ya habría expresado su deseo de abandonar la disciplina de los Citizen, ya que su sueño es jugar en el club de Chamartín, según han apuntado diversos medios. El mediapunta estaría encantado de jugar en el equipo de Ancelotti y habría rechazado varias propuestas de renovación.
Por otra parte, Cancelo estaría bajo la lupa de los dirigentes blancos. El defensa de también 27 años puede jugar tanto de lateral derecho como izquierdo, posiciones que el técnico italiano quiere reforzar de cara a la próxima temporada, especialmente el derecho.
Operaciones que se antojan muy complicadas
Aunque ambos son extraordinarios jugadores, de los mejores del mundo en sus respectivas posiciones, son dos fichajes que serían muy difíciles de acometer. Bernardo suele jugar de mediapunta o de extremo derecho, y esas demarcaciones ya están ocupadas, más aún con la segura llegada de Mbappé. Además, tiene contrato con los “Sky Blues” hasta 2025, por lo que su precio no bajaría de los 100 millones de euros.
Por otro lado, Cancelo sí que tendría hueco en la plantilla madridista. El flojo nivel que está dando Carvajal ,unido a sus frecuentes lesiones, hacen que el portugués pudiera ocupar esa plaza de lateral derecho titular. Sin embargo, el defensa tiene un contrato todavía más largo que el de su compatriota: hasta 2027.
Esto hace que, aunque ambos futbolistas interesen en la zona directiva, las posibilidades de contratar a alguno de los dos son bastante escasas.