El Real Madrid tomó hace ya mucho tiempo la determinación de que nunca dejaría de lado su economía para reforzarse deportivamente. El club blanco está gestionado de una forma excelente desde la segunda venida de Florentino Pérez, y el presidente ha dejado claro que lo primordial es mantener una estabilidad y una salud financiera que luego debe repercutir positivamente en la parcela deportiva.
Así viene ocurriendo durante los últimos diez años (las Champions conseguidas son una prueba de la eficacia de esta política), en los que la entidad merengue ha traspasado a una serie de futbolistas muy importantes con el fin de que la estabilidad de la entidad permaneciera intacta. Desde la temporada 2012-13, el club no ha dejado de ingresar como mínimo 30 millones de euros en traspasos cada verano. Pero eso no es todo, ha habido varios mercados en los que las cantidades obtenidas por ventas han sido mucho más altas que los gastos en fichajes.
En la temporada 2012-13 comenzó todo, con las salidas de jugadores como Esteban Granero, Sergio Canales, Nuri Sahin, Lasanna Diarra, Altintop o Gago, que dejaron en las arcas del Real Madrid 33,5 millones de euros. Fue solo un aperitivo para lo que vendría un año más tarde, con la marcha de Özil, Higuaín, Albiol o Callejón, entre otros. El verano de 2013, los blancos ingresarían la friolera de 113,5 millones de euros.
Los éxitos deportivos nunca han hecho que a Florentino le tiemble el pulso, y en ese sentido el presidente madridista no dudó en continuar generando ingresos por ventas aun con la llegada de la Décima Copa de Europa en 2014. Ese verano, la entidad ingresó 112,1 millones de euros con las salidas de Ángel Di María, Álvaro Morata, Xabi Alonso y la definitiva de Nuri Sahin. Un año más tarde, en el verano de 2015, solo Illarramendi y Casemiro abandonaron el barco para dejar 32 millones de euros en la caja madridista. 37,5 se generaron en 2016, con salidas como las de Jesé Rodríguez, Cheryshev o Borja Mayoral.
Tras la conquista del doblete Liga y Champions en 2017, el Real Madrid tampoco cayó en la autocomplacencia y se deshizo de jugadores como Morata, Danilo, James, Diego Llorente o Mariano. Todos ellos dejaron nuevamente una cifra récord para el club en ingresos: 132,5 millones de euros.
Un año más tarde, ese récord quedaría reducido a cenizas con el traspaso más caro de la historia del Real Madrid hasta la fecha: el de Cristiano Ronaldo a la Juve por 117 millones de euros. Entre el portugués y las salidas de Omar Mascarell y varios canteranos, el club consiguió 136,1 millones en ventas ese verano.
Una cifra muy cercana se alcanzaría la temporada siguiente con las salidas de Kovacic, Marcos Llorente, Theo Hernández, Raúl De Tomás o Keylor Navas (135,5 millones), un año antes de las salidas de Achraf o Sergio Reguilón, que generaron junto a Óscar Rodríguez y otros canteranos traspasados más de 104 millones de euros.
Fue el preludio de lo que estaba por venir nuevamente, con la marcha de pesos pesados como Varane en 2021 o de Casemiro este mismo verano. 92 millones ingresaron los blancos por ventas este 2022, mientras que el año pasado la cifra alcanzó los 78 millones gracias también a la salida de Martin Odegaard.
En definitiva, queda claro que el Real Madrid no tiene miedo de vender. Cuando un jugador quiere salir, se le saca toda la tajada posible a nivel económico, de igual forma que cuando hay un jugador que no entra en los planes del entrenador o del club. No hay medias tintas. La última década ha sido histórica para el club en todos los aspectos y gran parte de 'culpa' la han tenido todos estos traspasos millonarios, con los que el club ha podido sanear su economía, mejorar su plantilla y establecer lo que a día de hoy ya puede considerarse una dinastía en Europa.