Han pasado más de 25 años del fichaje de Mijatovic del Valencia por el Real Madrid, una de las operaciones más sonadas de todos los tiempos, y en la historia de La Liga todavía se recuerda aquella operación que ha traído cola hasta el día de hoy.
Dos clubes que antes de que estallara todo aquello, había aparentado tener una magnífica relación entre ambos. Pero la ambición de uno y otro club, demostraban que la realidad era bien distinta.
Mijatovic fue un auténtico bombazo
Los madridistas fueron hábiles y actuaron con sangre fría para pescar en el equipo ché a ese montenegrino que tanto había resaltado en sus tres temporadas que había jugado en Mestalla. El héroe de la Séptima inauguró un capítulo de polémica histórico. Su ambición por ganar títulos fue el detonante de todo.
A partir de febrero de 1996, el conjunto de Chamartín ataba al jugador que marcaría un antes y un después en la historia del club. Todo a espaldas del club propietario del jugador, que acabaría firmando al mes siguiente de sentarse a negociar. El colofón de dicha operación fue pagarle su cláusula de rescisión por 1.486 pesetas.
Los valencianistas tenían la intención de renovarle, pero al firmar Pedja un precontrato, ya nada valía. Con las tensiones a flor de piel, nadie es capaz de ponerse de acuerdo. Se tacha dicha operación de traición absoluta y nadie quiere dar un paso en falso.
Los presidentes protagonizaron una verdadera guerra
Otro caso curioso fue el de la polémica entre presidentes. Paco Roig y Lorenzo Sanz se enzarzaron una y otra vez por aquel fichaje. El máximo mandatario valenciano, incluso llegó a amenazar al madridista, diciendo que se sabía todas las cláusulas de los blancos. Según los cálculos a Mijatovic, le habían ofrecido el doble de lo que ganaba en el Valencia.
Pero el Real Madrid estaba a otras cosas. En el mismo verano llegaron de una tacada con el fichaje ché: Suker, Roberto Carlos, Seedorf o Illgner con Capello al mando. Mijatovic, siempre fue muy claro: él entendía el enfado de su antigua afición, pero su ilusión era la de ganar títulos y asumía que en Mestalla era prácticamente imposible.
Desde el Valencia también le dieron las culpas a los de Concha Espina, por haberse escapado la competición doméstica de aquel año, cuando Mijatovic pasaba sus últimos meses en la capital del Turia. Una Liga que pierden contra el Atlético, a ocho puntos de los colchoneros, pero con la única premisa que le habían desconcertado a su estrella.
La final de París volvió a abrir las heridas
Pero para más inri, con el gol del atacante en la final de la Séptima, que les daba el título a los blancos y el duelo en la final de París del año 2000 todo explotó todavía más. Las heridas volvieron a levantarse.
Hacía solo cuatro años de aquella operación, y en la primera final española de la historia, los blancos se impusieron por 3-0 en la final. Son muchos los que señalan aquel día como uno más, en la histórica rivalidad entre clubes por la grieta que dejó aquel fichaje.
Mestalla es territorio hostil
Las primeras visitas de Pedja a Mestalla, son junto a los partidos de Figo en el Camp Nou, de lo más duro que ha vivido el Madrid en un campo de fútbol. Mijatovic se veía obligado salir escoltado por la policía y el equipo blanco debía extremar la seguridad. Las pancartas ofensivas estaban cada más presentes en las gradas de Mestalla.
La rivalidad entre clubes por los fichajes
Tras el fichaje de Mijatovic por el Real Madrid, a los jugadores del conjunto che se le cerraron las puertas del equipo blanco casi por sistema. El Madrid intentó fichar a jugadores como Mendieta, Vicente, Ayala, Pablo Aimar o Villa entre 2001 y 2009 y jamás consiguió llegar a un acuerdo entre clubes. Un caso de los más sonados fue el del primero, que hasta le pusieron una cláusula anti Madrid, cuando fue vendido a la Lazio.
La rivalidad que nunca ha podido resolverse hasta la fecha. Se cuentan con los dedos de las manos los jugadores que han militado en los dos conjuntos: Albiol, Garay, Rodrigo, Milla, Morientes o Quique Sánchez Flores. ¿Qué pasará en un futuro?