Desde París si hay alguien que no deja de mandar mensajes como palos de ciego, ese es Kylian Mbappé. El francés parece que tras el Mundial volvía a enamorar a la parroquia madridista y este era perdonado por la hinchada merengue.
Entonces la posibilidad de volver a verle vestido de blanco impresionaba de nuevo y muchas eran los que se hacían ilusiones con ver al astro francés en el Bernabéu de forma definitiva.
La situación que planea el PSG
Las semanas posteriores a la competición de Qatar fueron intensas y hubo muchos rumores encima de la mesa como punto de partida de nuevo. La planificación de su fichaje parecía volver a estudiarse y entonces entraba en juego el caso de la renovación de plantilla.
Para dejarle entrar primero hay que permitir salir y eso suponía un quebradero de cabeza. Sumado al rendimiento de algunos jugadores, eso complicaba aun más la ecuación y la tesitura que se le venía encima al club.
Las semanas han ido pasando y tras la mejoría en el juego y con resultados positivos, el equipo estaba concentrado en repetir éxitos, justo cuándo coincidía con el sorprendente bajón del PSG y su mala racha de resultados incluido el nivel de Kylian.
Pero por si fuera poco, hace pocas horas también se hacía pública la presentación de la hipotética equipación para la temporada que viene y el modelo que la lucía no podía ser otro que el delantero galo. Es su jugador emblema y como franquicia seguro que las ventas también aumentan.
La realidad que atraviesa el jugador
Que el delantero aparezca allí, no significa nada. Ese es el deseo del club. Que se quede una temporada más y pueda completar su contrato es lo que desean los mandatarios del Parque de los Príncipes.
Pero la realidad parece ser bien distinta y visto que el equipo se ve incapaz de avanzar en una competición como la Champions o que ahora se le dé más protagonismo a Messi, es un síntoma que no gusta en absoluto a la estrella del equipo.
La elástica blanca le quedaría mejor y por muchos mensajes encriptados como el de la foto que lo acompaña, no tienen nada que hacer. La decisión está en el tejado del jugador y todo dependerá de él.