Iker Casillas, actual director general adjunto de la Fundación Real Madrid, fue una persona muy importante para el fichaje de un jugador que está dando y dará muchas alegrías más en el futuro al madridismo.
Se trata de Eder Militao. El brasileño coincidió con el ex guardameta madridista en la temporada 2018/2019 en el Oporto. Allí, el madrileño se percató del tremendo potencial de su compañero, y no dudó en que valdría para jugar algún día en el Real Madrid.
Eder hablaba mucho con Casillas, y alguien del club blanco le preguntó a Iker por él, a lo que respondió: “pueden llevárselo porque es muy bueno”. Y no se confundió. Se dio rápidamente cuenta del gran central en el que se estaba convirtiendo. Solo estuvo aquella temporada en el conjunto portugués, que lo fichó del Sao Paulo brasileño el verano de 2018.
Pieza clave para la defensa madridista
Tras dos primeras temporadas complicadas para él y las salidas de Sergio Ramos y Raphael Varane, Militao se ha hecho el dueño y señor de la defensa merengue junto a su amigo David Alaba. Ambos han sido fundamentales para los éxitos cosechados por el equipo durante esta temporada. También está completamente asentado en la Selección Brasileña, donde fue campeón de la Copa América en 2019.
El ex del Oporto ha conseguido ganar ya su segunda Liga como jugador del Real Madrid, esta vez siendo el central titular y jefe de la defensa. El próximo 28 de mayo, buscará alzarse con su primera Champions en el Stade de France. Militao es un central para una década, y es el mejor relevo posible que podría tener el club de Varane y Sergio Ramos.