De los cuatro jugadores que han dejado el club de la temporada pasada tres de ellos ya tienen nuevo destino. El último en confirmarlo ha sido Isco y antes ya lo habían hecho Jovic o Bale. Por tanto, Marcelo sería el único que todavía no cuenta con un nuevo proyecto.
El de Arroyo de la Miel, que parecía irse de vacío a sus 30 años después de sus últimos oscuros años como jugador blanco, tratará de volver a su máximo nivel con el conjunto hispalense.
Llegó en 2013 y con nueve años en el club, ha dicho basta a una etapa que ha acabado aportando más sombras que luces. El “Golden Boy” que prometió conquistar grandes hitos se quedó a medias entre muchas cosas.
Su mejor versión la obtuvo con Zinedine Zidane. El francés le proporcionó todo los guiños para guiar al atacante hacia el estrellato. Su fútbol ilusionó a muchos dejando boquiabiertos a más de uno. Esa proyección de héroe sin capa, era capaz de esconder el balón, jugar con él y hacer auténticas virguerías.
En Sevilla llega como la auténtica estrella y la referencia del equipo. Allí tratará de conseguir lo que una vez fue: un pedazo de futbolista. Su evolución ha sido tal que ha vivido numerosos capítulos como futbolista: desde tocar el cielo, llegando a codearse su nombre con otros grandes clubes a razón de 80 millones, a los 7,5 kilos que cuesta ahora.
Años de decaída en picado, sin remedio a buscar una solución a su situación. Demasiado castigo para el artista malagueño.
Una diferencia de 72,5 para volver a juntarse con uno de sus grandes valedores como Julen Lopetegui, extrenador blanco también. El técnico vasco, juzgado por sus malos resultados con el fin de la temporada pasada sevillista, es quién sigue al mando de las operaciones.
Isco aquel que atacante que fue capaz de jugar de un titular en varias finales de Champions, llega a Sevilla con la ilusión de volver a sentirse importante. En su presentación como hispalense dejó numerosas bombas e indirectas hacia su ya ex equipo. ¿Le echarán de menos en el club?
Veremos cómo le recibe el Bernabéu en su vuelta. ¿Habrá cambiado algo? Su fútbol pide más y merece pedir disculpas al sentirse con deuda con su club. Otro madridista que sale por la puerta de atrás.
Tras temporadas especulando con su adiós, al termómetro madridista se le agotó la paciencia y las ganas de mantener a un futbolista que parecía que se hubiera quedado sin ilusión o ganas.
Una verdadera lástima la de dejar ir de esta forma, a un jugador de su talla. ¿Qué fue de él y quién se lo llevó? Isco es el jugador número 22 que hace el mismo camino que sus compañeros, ¿cómo le irá la aventura? Los demás no supieron aprovechar la oportunidad: ¿seguirá el caso Isco?