El Real Madrid es uno de los clubes preferidos por las grandes estrellas mundiales para mostrar su talento, aunque evidentemente no caben todos en la Casa Blanca. El buen hacer deportivo y económico del club merengue es un anhelo para muchos futbolistas y este lo dejó muy claro en su última visita a la capital.
Se trata de Bernardo Silva, el portugués de 29 años que es uno de los timones del equipo de Pep Guardiola. Desde su explosión en el Mónaco no ha parado de crecer y el Real Madrid ya tuvo que sufrirlo la temporada pasada.
La noche de su declaración
De la posible salida de Bernardo Silva se ha escrito mucho, casi todos los veranos parece colocarse en el disparadero, pero pocos clubes tienen capacidad para pagar al City 70 u 80 millones de euros para hacerse con sus servicios. Y claro, Bernardo no se va a ir a cualquier club que quiera pagarlos, el quiere estar con los grandes.
Es por ello que tras la pasada semifinal de la Copa de Europa en que el Madrid obró otro milagro, el jugador luso se acercó a un amigo del Real Madrid y le dijo: "dile a Florentino que me fiche, quiero jugar aquí".
Una declaración que llegó hasta el presidente, pero el objetivo entonces y ahora era y es otro. Bernardo Silva cuesta mucho dinero para la edad que tiene y en el Madrid la prioridad es apostar por jugadores más jóvenes, aunque haya que rascarse el bolsillo un poco más.
Posiblemente, el futuro de Bernardo esté lejos del City, el PSG anda detrás de él y no le van a faltar pretendientes. Bellingham es ahora la prioridad, pese a que nadie discute que Bernardo Silva es uno de los mejores centrocampistas del mundo.