La situación que vive Eder Militao en el Real Madrid es muy favorable para todas las partes. Con cuatro años de experiencia en el equipo, se convirtió en un fichaje clave para renovar la zaga blanca. Este vino para suplir las futuras bajas de Varane y Ramos. A pesar que empezó como lateral diestro, posición bien cubierta por Carvajal, Zidane lo empezó a probar como jefe de la defensa.
Allí encontró su sitio y en poco tiempo, se erigió como la referencia absoluta. Central joven, con proyección, alto, corpulento y decidido, tenía todas las prestaciones para triunfar como madridista. Fue una petición expresa de Zizou en su segunda etapa, su primer fichaje tras Mendy, valorado en 50 millones.
Pero lo que no sabías quizá, es que el brasileño estuvo a punto de firmar como colchonero. Este tan solo tenía 19 años y jugaba en el Oporto. Juni Calafat, el responsable de los scouters internacionales, especializado en Sudamérica, ya le había seguido la pista en Brasil.
Las prestaciones de Militao que llamaron la atención colchonera
Como jugador del Sao Paulo, ya destacaba lo suficiente y a pesar de la insistencia del ojeador en traérselo cuanto antes, el club decidió esperar debido a que la posición a reforzar no era minuta.
Así que el conjunto portugués se adelantó y fue el primero en traerlo a Europa. Pero los blancos ya le tenían vigilado. Do Dragao fue el perfecto banco de pruebas para el jugador, pero lo que no se esperaban los merengues era que sus vecinos, se iban a entrometer tanto pra entorpecer su fichaje.
Los del Cholo Simeone, estaban necesitados por encontrar a un refuerzo de garantías. Con Godín y Lucas Hernández fuera, estos también encontraron en Militao un tipo curioso.
Las prestaciones son las que ya conocemos todos y las que desarolla cada día sobre el verde. La intuición de Florentino funcionó y la contundencia para traérselo pagando esa cantidad, mereció la pena.
El desenlace final con Militao
El Real Madrid se interpuso en los planes del Atlético y estos se conformaron con Felipe, actual jugador colchonero, y compañero de Eder en Oporto. El soldado de Simeone era más veterano y de ahí que su coste era más reducido.
Los colchoneros pagaron 20 millones por él. Una diferencia de 30 kilos, que también define las capacidades y carencias de uno y otro. Ahora uno copa los onces blancos a cada partido, y el otro solo hace que acumular suplencias. El blanco le queda mejor a Militao. No hay dudas.