Dani Alves estuvo a punto de fichar por el Real Madrid en el verano de 2007 justo cuando el Sevilla ganó la Copa del Rey. Aquel verano el Real Madrid andaba buscando un lateral y el brasileño era uno de los señalados para ocupar la banda derecha del Santiago Bernabéu. Sin embargo algo se torció en el último momento y al verano siguiente e Barça ganó la carrera por el carioca.
En muchas ocasiones el defensa ha declarado que pudo fichar por el Real Madrid, incluso Florentino Pérez ha hablado sobre aquellas negociaciones. El jugador estaba dispuesto a firmar por el club blanco y reconocía que el Real Madrid tenía el mejor vestuario del mundo. Pero todo cambió cuando se hizo del Fútbol Club Barcelona. Por su carácter se ganó muy pronto el cariño de la afición blaugrana, casi al mismo tiempo que crecía el odio hacia él por parte de la hinchada merengue.
"Nunca he ocultado el hecho de que prácticamente todo estaba hecho con el Real Madrid, pero por suerte pude ir al Barça en su lugar", declaraba Dani Alves en una entrevista en 2016. Unos meses más tarde, en una gala donde se premiaba a los mejores de la Champions League cuando el carioca estaba en la Juventus de Turín explicó que tuvo una conversación con Florentino Pérez: "Me he encontrado con él en un pasillo y, como siempre, ha estado muy simpático. Hemos bromeado un poco. Le he dicho que tenía que haber jugado en el Madrid y él me ha dicho que no le llamé", explicaba el primer espada del Real Madrid.
El diario deportivo Marca, en aquellas famosas portadas que se vendían por cientos de miles, señaló que Alves era el mejor lateral derecho que había por aquel entonces. Y lo cierto es que desde que llegó a la Liga Española, el brasileño destacó como uno de los mejores defensores atacantes del viejo continente.
Su capacidad para mantener el orden defensivo cuando su mayor virtud era ir al ataque empezaban a formar el arraigo del lateral que apura hasta la linea de fondo rival. Con una amplitud de campo de casi toda la banda. Al Barça le permitió durante muchos años prescindir de un atacante diestro y acumular gente en el centro del campo. Era el lado por donde arrancaban las famosas diagonales de Leo Messi, Alves lo sabía y siempre dejaba espacio al argentino para que se desarrollara.