No es oro todo lo que reluce. El fútbol nos ha demostrado su cara más cruel con capítulos relacionados con el racismo a varios jugadores. Antonio Rüdiger, el nuevo fichaje del equipo blanco para la próxima temporada, ha vivido en numerosas ocasiones situaciones que le han dejado en un mal lugar. El lado humano de las personas parece desaparecer en muchas situaciones y la gente peca de empatía, sensibilidad y consideración hacia el prójimo.
Parece impensable que en el siglo XXI en el que vivimos, en un mundo progresista con aires de tener una civilización y sociedad ejemplar, ocurran estas cosas. La vida nos ha dado una bofetada, con la que muchas veces se generan controversias que ponen en tela de juicio el respeto de algunos.
El central, todavía del Chelsea, nació en Berlín. El que aparenta ser el país ejemplar, tiene rasgos de su pasado que le colocan en el peor lugar en cuanto a convivencia. El futbolista en el Stuttgart, dónde pasó siete años antes de dar su saltó a la Roma.
Rüdiger ha sufrido racismo en su Alemania natal
Una vez allí, en varias entrevistas que ha concedido a lo largo de su carrera, ha llegado a contar el capítulo horrible que le tocó vivir. El zaguero que paseaba por su barriada normalmente, un día se cruzó con una anciana, que le cambió su perspectiva de vida.
Como muestra de gratitud y consideración por las personas mayores, Rüdiger, vio en apuros a la señora, que llevaba cargando a peso varias bolsas. Por lo que aparentaba, parecía pasarlo mal. Momento en el que el central fue a ayudarle para tenderle una mano.
Lo que no esperaba el futbolista era la cara de desaprobación, asco y repugnancia a la ayuda que le intentaba proporcionar el jugador. Según contó, no era una cara amable. Rüdiger la describió como desafiante y malhumorada. La mujer octogenaria con rasgos alemanes, no quiso desprenderse de sus bolsas y se ciñó a agarrarlas con más fuerza.
Este gesto, fue mal interpretado por dicha mujer, que acusó al central de robarle la compra. Aquello nada más era una expresión, un gesto facial sin mediar palabra, un momento imborrable para él, que ha vivido numerosos capítulos de racismo en los estadios por los que ha pasado.
La historia de vida del futuro central del Real Madrid
Los padres de Antonio, eran exiliados de la Guerra Civil en Sierra Leona. África, era un país ninguneado por muchos, algo que hacía sentir menospreciados a la gente local del continente. Alemania se lo había dado todo a la familia del futbolista, y sentir esa frialdad en la cara de aquella señora, le provocó un fuerte vacío en su interior.
La reflexión a la que llegó Antonio Rüdiger aquel día fue atroz. Consideraba que no sería capaz de sentirse aceptado por nadie. Para él nunca se sentiría suficiente y como consecuencia, siempre se vería como en un escalón por debajo que los demás. Tenía miedo de no ser considerado como un alemán nacido en su país.
Un ejercicio para todos: reflexionar primero y opinar después
Algunos de los problemas que no nos incumben, los catalogamos de lejanos. África para muchos es tierra desconocida y pretenden asociar lo que se cuenta del país, pobreza y hambre, a la vida que realmente llevan los africanos. La concepción no es así. Que sea un país subdesarrollado, no permite la burla o la mofa de cualquiera. No debería considerarse como aquel país “olvidado”.
Deberíamos hacer el esfuerzo de cambiar la concepción que tenemos del prójimo. Nunca sabremos sus orígenes, de dónde viene o adónde va. Todos tenemos la misma condición de persona humana y debemos respetarnos y cuidarnos de la mejor manera.
Es importante conocer la historia de los demás y no dar nada por sentado. Juzgar y etiquetar son actos impropios de cualquiera, debemos reflexionar y mucho. El futuro central del Real Madrid, nos ha dado una lección a todos que debemos tomarla como importantísima.