A falta de pocas horas para que cierre el mercado de traspasos, el futuro de Marco Asensio parece estar más que definido. El futbolista mallorquín se quedará una temporada más en el Real Madrid y no se espera que haya una renovación de su contrato, por lo que saldrá como agente libre en el verano de 2023. La intención del jugador hace unas semanas era la de salir, pero viendo que no ha recibido ninguna oferta que le satisfaga, ha decidido, finalmente, continuar un año más en Chamartín.
Carlo Ancelotti apenas ha contado con Asensio en este inicio de temporada. En estos primeros cuatro partidos del curso 22/23 (la final de la Supercopa de Europa y las tres primeras jornadas de Liga), solo disputó diez minutos en Balaídos contra el Celta de Vigo, y ya con el partido prácticamente resuelto. Todo hace indicar que el balear será la tercera opción del técnico italiano en la banda derecha, después de Fede Valverde y Rodrygo Goes.
Aunque lo más seguro es que termine marchándose del club al finalizar la temporada, Asensio querrá tener minutos para que algún equipo que dispute competiciones europeas esté dispuesto a ficharlo. Si no cambia el chip y convence a Ancelotti de que puede contar con él, será un año muy difícil para él, en el que tendrá muy pocas oportunidades.
El precedente al que se agarra Marco Asensio
No obstante, esto del fútbol da muchísimas vueltas, y no habría que enterrar tan rápido todavía a Asensio, sabiendo, además, de las tremendas capacidades que posee y la gran calidad que atesora en sus botas. Hay dos precedentes en el Real Madrid, y no muy lejanos, que puede invitar aún al optimismo con respecto al ex del Espanyol.
Se tratan de Amavisca e Iván Zamorano, que fueron los mejores jugadores del Real Madrid campeón de la Liga 1994/1995. Ambos demostraron que no hay que rendirse ante las adversidades, después de un verano en el que nadie dentro del club confiaba en ellos para la nueva etapa que enfrentaba el conjunto blanco con Jorge Valdano como nuevo entrenador merengue.
Amavisca llegó procedente del Valladolid en 1994 (parecía haber llegado como moneda de cambio), mientras que Zamorano lo hizo del Sevilla en 1992. Ninguno de los dos contaba para Valdano en aquel verano del 94 y se encontraban en la rampa de salida. Sin embargo, a base de trabajo, esfuerzo y talento, ambos consiguieron tener una oportunidad y demostraron al entrenador argentino que podían ser muy importantes en el equipo.
El chileno Zamorano acabó la temporada siendo el máximo goleador de la Liga con 28 goles y fue nombrado el mejor jugador extranjero del campeonato. Por su parte, Amavisca también consiguió ganarse un sitio en el equipo y acabó siendo fundamental para la conquista del campeonato liguero. Dos muy buenos ejemplos de los que debe tomar nota Asensio. Con su enorme talento, si se pone las pilas y está comprometido con el equipo, puede llegar a ser todavía un futbolista muy importante esta temporada para el equipo de Ancelotti.