La Superliga europea fue un proyecto de competición fugaz que la UEFA acabó tumbando para no desprestigiar la Champions League. Una de las competiciones más longevas que existen en toda la historia del fútbol. Muchos clubes estuvieron a favor de llevarla a cabo, en concreto los mejores equipos de Europa.
Pero las exigencias del organismo superior derribaron las esperanzas de los clubes y solo hubo tres: Real Madrid, Barcelona y Juventus que se mantuvieron firmes a dicho proyecto.
Para muchos jugadores era una oportunidad para seguir creciendo y tener más posibilidades de dar visibilidad a su juego. Antonio Rüdiger, el futuro fichaje blanco, también aprovechó dicho espacio para criticar con dureza al actual presidente.
Rüdiger muy crítico con lo sucedido en los estadios de fútbol
El alemán es una de las principales voces autorizadas cuando se habla de racismo. El jugador de piel morena, por los orígenes de sus padres africanos, ha sido duramente expuesto como burla y mofa ante argumentos racistas. Sin embargo, es nacionalizado germano y debe aguantar comportamientos de todo tipo en un estadio de fútbol.
Con la emoción a flor de piel, y los nervios de los aficionados en los partidos con alta tensión, el rival busca el argumento fácil y rastrero para meterse con la raza de los jugadores extranjeros. En muchas ocasiones, hemos visto estos lamentables capítulos, de los que todavía no tienen solución hoy en día.
Punto y final a las contínuas faltas de respeto
Antonio Rüdiger ha tratado de defender siempre lo suyo. No consiente que, siendo el nacido en el país europeo, puedan ocurrir este tipo de conflictos en pleno siglo XXI. En cualquier país, la contienda sigue igual y es algo que preocupa a muchos. Las organizaciones han tratado de poner fin a base de sanciones y multas, pero nunca se ha podido cerrar el caso a raja tabla.
En muchas entrevistas que ha concedido el zaguero, siempre ha puesto al mismo nivel, el racismo con el cese de competiciones como la Superliga. El debate está en que la UEFA, es capaz de zanjar una competición que le interesa, pero no ha tratado nunca de forma seria, abolir el racismo en los terrenos de juego.
Una auténtica vergüenza en la que únicamente priorizan los intereses que les convienen. Rüdiger y muchos de sus compañeros, ya han sufrido demasiado. Este escarnio debe terminar cuanto antes y humanizar por igual todas las estructuras del fútbol moderno.
Dichas instituciones tratan de aplicar la modernidad en todas sus formas, pero luego desoyen temas tan importante como el racismo.