Los jugadores que pasan por el Real Madrid suelen tener muchas cosas de especial. Por algo visten esa camiseta y militan en uno de los mejores clubes del mundo. Canterano o no nadie tiene ganado un puesto y eso es lo que debió pensar Álvaro Morata, cuando se instaló en el primer equipo.
El delantero era una propuesta firme para la delantera merengue de los próximos años, pero su poca paciencia e incertidumbre de no saber cuándo jugaría acabaron con el sueño que tenía previsto el jugador.
Tras meditar la decisión su vida cambió. Esta cogió un ritmo acelerado de infortunios y en los equipos en los que jugó no logró encontrar una estabilidad.
La carrera de Morata lejos del Bernabéu
Se marchó a Inglaterra en una operación que suponía una cifra récord de traspasos del club. A día de hoy todavía sigue luciendo esa cifra de forma holgada frente a otros jugadores que han acabado dejando la institución.
Tras probar suerte en el país anglosajón, luego pasó por la Juventus, equipo en el que ya había militado años atrás en formato de cesión, cuando pertenecía al conjunto de Chamartín. Los turineses se enamoraron de su fútbol al igual que él de su actual mujer italiana, Alice Campello.
Tras aterrizar de nuevo en territorio transalpino, su fútbol no volvió a ser el que era y la opción de volver a España le convenció. Aunque la propuesta era del vecino y enemigo, Club Atlético de Madrid.
Pasaría a formar parte de la lista de jugadores colchoneros que han vestido las dos equipaciones. El último en hacerlo ha sido otro canterano como Sergio Reguilón.
El destino no acompañó a Morata para poder triunfar
Para Morata volver a España significaba mucho y hacerlo con ellos, significaba también volver al pasado. En sus años de niñez, antes de madurar la decisión de jugar de blanco, probó suerte con los mismos que le acabaron fichando. El Atlético de Madrid supone un golpe bajo en la carrera del jugador, y el madridismo ni se le olvida.
Cada vez que Morata visita el Santiago Bernabéu es una auténtica olla a presión. Ni olvido ni perdón para el que un día fue delantero merengue. Ahora se gana la vida siendo un delantero de un club mediocre en el que no siempre ha sido el titular y en el que se dice que Simeone tampoco le tiene un especial agrado.
Su valor de mercado pasa a tener 25 millones ahora mismo. Una cifra que deja mucho que desear ya que de haberse quedado en el club merengue, hubiera tenido probablemente una dilatada experiencia que no ha conseguido fuera. Su ambición desmesurada ha podido con la mentalidad de un futbolista de primer nivel.