El Real Madrid no consiguió fichar a Mbappé este verano después de mucho tiempo esperando a que finalizara su contrato para que pudiera recalar en el Santiago Bernabéu. El francés acabó renovando y rompió así la ilusión de millones de madridistas que soñaban con verle de blanco.
Todo ello a pesar de que el Real Madrid estaba dispuesto a hacer un gran esfuerzo económico por él y, de hecho, venía trabajando duro para hacerle un hueco en la plantilla.
Las últimas informaciones que llegan desde fuera y que hablan sobre el Real Madrid, son espeluznantes. Increíble de ser cierto lo que publica “The Sun”, uno de los diarios más leídos en Inglaterra.
Lo que se dice desde fuera es muy grave y podría herir a numerosos sentimientos. En este sentido, todo lo que se cuenta va en clave de fichajes y salidas motivado por el terremoto Mbappé.
Mbappé el indeseable por el madridismo
El desenlace de la operación del jugador galo, acabó como nadie tenía previsto. Unas negociaciones que se volvieron completamente alocadas por los caprichos y fachada del arisco futbolista que milita en el PSG.
Hasta en tres ocasiones, llegó a rechazar el jugador su incorporación a la entidad merengue. La última la más sonada y la asestada definitiva de la historia de los mercados. Florentino Pérez manejaba la posibilidad y la ilusión de traer al Bernabéu, uno de los futbolistas que más emoción había generado.
Aunque dichas negociaciones, en ningún momento se convirtieron en tarea sencilla. Más sabiendo que en el otro lado de la mesa estaba el petrodólar del PSG. Un hueso duro de roer, con aires de arrogancia y desestabilización de cualquiera. En esa jaula de oro, no hay nada que prime más que el dinero en sí. Aunque el dinero no trae la felicidad.
Estaba todo previsto para la incorporación de Kylian Mbappé
Que se lo pregunten al talentoso Kylian, dentro de unos años, antes de 2025 cuanto termina su último contrato firmado.
Para acometer dicha transacción, uno de los mejores gestores del panorama fútbol, el presidente blanco, quiso preparar este fichaje con tiempo de antelación. Sabía de lo costoso que sería, costearle y por ello, se lideró una partida de domino en la que cayeron hasta cinco futbolistas que formaban parte del grupo de Chamartín.
A partir de ahora, analicen todo lo sucedido hasta el día de hoy. Como antes mencionábamos, Mbappé, se le trató de convencer hasta tres veces, por tanto, nos tenemos que marchar dos años atrás. Concretamente en el verano de la pandemia, en 2020.
En aquella plantilla, tenía cabida el francés por banda izquierda, parecía que Vinicius no acababa de cuajar o tener la continuidad deseada y traerlo hubiera resuelto varios problemas. Eso en cuanto al capítulo de llegadas.
Traspasos que nadie entendió
En las salidas, no hacía falta hacer mucho ruido. Todo lo que había funcionaba perfecto y parecía que no habría ninguna brecha con la que señalar a nadie.
Pero la planificación deportiva, obligó a hacer caja de varias formas. La primera opción, era la de Achraf Hakimi. El marroquí, salido de la cantera, tenía posibilidades para instaurarse en el primer equipo como refuerzo de Carvajal, que no pasaba por su mejor momento.
Pensar que podrían sacar 40 millones por él, por un jugador que no les había supuesto ningún coste, era una plusvalía en toda regla. Parecía que Zidane tampoco contara con él y eso facilitó su salida.
La gente no entendía los motivos, pero el entramado desvelaba que era para hacerle hueco a Mbappé. Más dinero, más rendimiento en las negociaciones y más holgura para pagarle luego.
Casualidades de la vida, el que ahora ha acabado jugando con el francés, ha sido el mismo que dejaron salir. Los dos juegan en el PSG y parece que se han hecho íntimos.
Reguilón rumbo a Londres
Pero el diestro, no sería el único que saldría. Por la otra banda, había otro caso muy parecido. Sergio Reguilón, amenazaba el puesto de Marcelo, como suplente del fichado Mendy. Otro canterano con buenas prestaciones y con las mismas opciones de Achraf por quedarse.
En una fugaz operación, el Real Madrid empaquetó de una tirada dos de sus hombres rumbo a Londres para que se unieran a las filas del Tottenham. A Reguilón se lo sacaron de encima por 30 kilos y el otro que le acompañó fue Gareth Bale, en forma de cesión. Dinero que ingresaba de nuevo el club, todo por ahorrarse el capricho del francés.
Unas operaciones que muchos cuestionaron. De una tacada, en un mercado se habían conseguido casi 70 millones netos. Una cantidad holgada para plantearse la buenaventura en el rumbo del gran desembolso esperado.
Pero aquello no fue lo único. La temporada anterior, el verano del 2021, fue determinante para ampliar ese cajón. A Ancelotti tan solo le dejaron dos fichajes: Camavinga y Alaba, a quienes les ha sabido sacar un rendimiento espectacular. Podrían haber llegado más, pero todo estaba pensado en el movimiento de una única carta: el “7” del PSG.
Las salidas de los pesos pesados
Con las llegadas de esos dos, recordemos que Alaba llegó gratis, se trató de agilizar todavía más la plantilla. Salieron dos pesos pesados como Varane o Ramos, pero el equipo ya se había reforzado con el ex del Bayern y Militao. Estaba todo planeado.
Por Varane se sacaron casi los 50 kilos y Ramos se fue gratis al finalizar su contrato, de nuevo, con el PSG de por medio. La marcha del capitán, dolió a muchos y nadie entendía porque no se pudo llegar a un acuerdo digno por él.
Quería dos años, mientras que la política del club le ofrecía 1+1. Una técnica que aplican con los jugadores más veteranos, para renovarles temporada a temporada.
Con la salida de ambos, y otro jugón como el noruego Odegaard, que no tuvo nunca suerte como madridista, se completaron todos los requisitos para poder traer al dichoso Mbappé.
Con Odegaard, el Arsenal llegó a ofrecer 43 millones y para allí que se fue el futbolista. Dinero fresco y en caja, sin estrenar, para invertirlo en la operación que hubiera cambiado el siglo.
Los números cuadraban a la perfección
Aunque todos ya sabemos el terrible desenlace que tanto daño causó al club. Esos 160 que se habían conseguido entre los cinco jugadores, es la cantidad que José Ángel Sánchez ofrecía al jugador y a su club, como prima por el fichaje.
Una operación que tenían estudiada de hace tiempo y por la que posiblemente hubieran tirado la casa por la ventana. Por fortuna, se demostró de qué pasta estaba hecho el del PSG, y ahora ni está ni se le espera. Que le vaya bonito.